Dos negativas a jugar con ajedrecistas israelíes se han producido en poco tiempo de distancia, mostrando que el boicot a Israel también persiste en el más que milenario juego y además, en esta ocasión, en chicos con edades muy tempranas.
El caso más cercano es el del joven jugador iraní Aryan Gholami, de diecisiete años, quien se negó a jugar contra un israelí en un torneo internacional, la Copa Rilton, en Estocolmo, Suecia, celebrado el pasado enero y que, curiosamente, ganó el ajedrecista israelí Tamir Nabaty. Al llegar a su país ha sido aclamado como “un héroe” en los medios de comunicación y la pasada semana se reunió con el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei.
Aryan Gholami perdió su oportunidad de ganar un premio de 10 000 dólares (8782 euros) cuando descartó jugar contra el israelí Ariel Erenberg y acabó en el puesto once.
Gholami dijo a la página digital de ajedrez sueco Schack.se que no tenía antipatía hacia su contrincante pero “si jugara contra un israelí, tendría graves consecuencias para mí”. El iraní podría haber sido sancionado por la federación de ajedrez de Irán a no jugar en torneos internacionales como castigo por enfrentarse a un israelí. El joven posteriormente declaró a la red de noticias Quds: “Me negué a esta competencia para defender al pueblo palestino. No reconozco un lugar llamado Israel”.
La televisión iraní agasajó la pasada semana a Gholami, mientras Jamenei se reunió con el joven jugador y celebró su gesto. “Tenía que tomar una decisión en dos o tres minutos. Le dije al árbitro que, si ese fuera el caso, no jugaría”, afirmó Gholami.
“Este deportista sopesó entre los dólares y la opresión, y consiguió otra derrota contra el régimen sionista”, dijo un reportero de Canal 1TV. El reportero continuó diciendo que el adolescente “mostró que sabía cómo jugar al ajedrez de la vida. La humanidad y la fe son mejores que el ajedrez en el tablero”.
“Se negó a enfrentar a un representante del régimen sionista, perdiendo así la medalla de oro y los dólares, pero llevaba la medalla de la humanidad y el honor”.
Hizbulá y España
Hace unos meses un niño libanés, Mark Abou Deeb, de ocho años, fue también aclamado como “un héroe” en su país, incluido el líder del grupo chií Hizbulá, que está considerado organización terrorista por la Unión Europea y Estados Unidos, Hassan Nasrallah, por negarse a jugar contra oponentes israelíes en el Campeonato Mundial de Ajedrez sub8 a sub12 disputado en Santiago de Compostela, en España el pasado noviembre de 2018.
El niño Mark Abou Deeb, de religión cristiana, dijo durante una entrevista con el canal libanés OTV que se había negado a jugar contra los israelíes “porque Israel es el enemigo”, según las imágenes documentadas y traducidas por el Middle East Media Research Institute.
Dos niños israelíes, Guy Sivan y Tomer Sternfeld, también compitieron en esa categoría sub8. Los resultados en el sitio web del Campeonato muestran que Abou Deeb no se había emparejado contra ninguno de ellos en ninguna de las doce rondas de juego.
Los medios libaneses informaron de que Abou Deeb había declarado con anticipación que no jugaría con los israelíes ya que eso constituiría una “normalización” con el estado judío.
Hassan Nasrallah mencionó el asunto durante un discurso el 10 de noviembre de 2018. “Tenemos muchos ejemplos venerables de confrontar la normalización”, sostuvo. “Mark Abou Deeb, un joven cristiano libanés, participó en una competencia internacional de ajedrez en España. Estableció la condición de que no jugaría con un israelí porque es un enemigo. La esperanza está aquí con estos jóvenes”.
“Muchos libaneses consideran que usted es un héroe, ¿verdad?”, le preguntó la presentadora Rosanna Rammal durante la entrevista el pasado 25 de diciembre de 2018, preguntándole por qué se había negado a competir contra los israelíes. Después de que respondiera: “Porque Israel es un enemigo”, los dos presentadores respondieron: “Bravo”.
Rammal mencionó el discurso del líder de Hizbulá durante su entrevista con Abou Deeb. Cuando le preguntaron si sabía quién era Nasrallah, el niño respondió: “Es un luchador de la resistencia. Él liberó a Líbano de Israel”. Cuando le preguntaron qué quería decirle a Nasrallah, dijo tan solo “gracias”.
Apoyo a Israel
El boicot a Israel coincide con las recientes declaraciones del presidente de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), el ruso Arkady Dvorkovich, de ofrecer todo su apoyo para erradicar el antisemitismo y asegurarse de que los jugadores israelíes tengan derecho a competir en todos los torneos oficiales organizados por el organismo que preside.
No obstante, activistas israelíes acusan a la FIDE de mirar hacia otro lado con los constantes boicot a los jugadores de Israel por parte de jugadores árabes para evitar controversias. De hecho, los organizadores de torneos intentan evitar por todos los medios emparejar a un israelí con un árabe o iraní.
Hay que recordar que la reciente declaración de Dvorkovich sobre Israel nace de la promesa efectuada por el propio presidente ruso Vladimir Putin al actual primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, -en abril se celebran elecciones- asegurando que saldría beneficiado si apoyaba con sus votos a su entonces candidato -y hoy presidente- a dirigir la federación internacional de ajedrez.
En la última Olimpiada de ajedrez celebrada en Batumi el año pasado, Israel obtuvo el puesto 39 cuando partía de un ranking del puesto 10 y hace dos años en la anterior Olimpiada en Azerbaiyán consiguió el puesto 27.
Hay dos grandes maestros israelíes entre los cien mejores jugadores en el ranking FIDE de marzo de 2019, son en el número 46, Tamir Nabaty y en el 99, Boris Gelfand. También han pasado de cinco a veinte los grandes maestros israelíes.
Una localidad israelí muy vinculada al juego es Beer Sheva, que cuenta con el mayor número de grandes maestros de ajedrez del mundo, uno por cada 20 000 habitantes. La causa: la presencia de un gran maestro ruso que emigró a Israel en los años 70 y creó el club local en 1973.
Los clubes de ajedrez se han quintuplicado, ya superan el centenar en todo el país. Además, desde 1993 más de cien escuelas y centros sociales ofrecen cursos de ajedrez. De hecho, en el parlamento de Israel, Knéset, han tenido lugar torneos de ajedrez.