Jordania: subsistir en el desierto

Ganarse la vida en los paisajes desérticos (la Badia), en Jordania, ha sido siempre un desafío, y una reciente combinación de factores ha puesto en peligro la crianza de ganado y algunos productos agrícolas locales, señala el Banco Mundial al informar de los proyectos que financia para proteger los medios de subsistencia de las comunidades locales en el contexto del cambio climático.

Desierto de la Badia en Jordania

 

Muchas de las personas que visitan Jordania solo ven los lugares turísticos. Sin embargo, el territorio desértico conocido con el nombre de la Badia, que conforma alrededor del 80 % del país, tiene ecosistemas variados y frágiles, así como un patrimonio arqueológico e histórico excepcionales.

En la Badia viven beduinos que crían ganado, y muchos de ellos son nómades. Este pueblo ha mantenido las antiguas tradiciones durante siglos, pero los asentamientos, la sequía, el pastoreo excesivo y otros factores están degradando sus tierras y poniendo en peligro sus ingresos provenientes de la ganadería y la agricultura.

El Banco Mundial y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial donaron 3,3 millones de dólares estadounidenses para ayudar al Gobierno jordano a crear oportunidades para las familias de la Badia y proteger los medios de subsistencia en medio de la realidad del cambio climático. El Gobierno se centra en recuperar los ecosistemas y mejorar los medios de subsistencia de las personas en Mafraq y Ma’an, dos provincias empobrecidas en el norte y el sur de la Badia, a través del Proyecto de protección de los medios de subsistencia y el ecosistema en la Badia (BELP, por sus siglas en inglés).

Las iniciativas de ayuda en el pasado no siempre fueron sostenibles.

“Hubo momentos en que las comunidades de la Badia se sintieron decepcionadas por la asistencia externa”, señala Banu Setlur, especialista superior en temas ambientales del Departamento de Prácticas Mundiales de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Banco Mundial. “Para recuperar la confianza, establecimos procesos que motivaron a las comunidades a participar en el proyecto, y nos asociamos con organizaciones que las comunidades apreciaban y en quienes confiaban. Sin la participación comunitaria, este proyecto nunca hubiera podido emprenderse”.

Revitalizar la Badia mediante asociaciones

El Centro Nacional para la Investigación y Extensión Agrícolas (NCARE, por sus siglas en inglés), uno de los asociados del proyecto de medios de subsistencia, está creando reservas de tierras de pastoreo y hafirs (reservorios de agua de lluvia principalmente para que consuman los animales) en Ma’an. Los hafirs reducirán la distancia que tienen que recorrer los rebaños de ganado y los costos asociados con el transporte de agua por carretera; estas reservas proporcionarán pastos más ricos para el ganado. Como beneficio adicional, el proyecto ha ordenado un “periodo de descanso” en las reservas para permitir que las especies endémicas de flora, que desaparecieron por 20 años, vuelvan a emerger. Además se identificaron varias zonas de biodiversidad con especies de plantas nunca vistas para su conservación especial en el banco de semillas del NCARE.

El Fondo Hachemita para el Desarrollo de la Badia Jordana (HFDJB, por sus siglas en inglés), (i) otro asociado que ha mantenido una continua relación con las comunidades, allanó el camino para la tarea del NCARE movilizando a los grupos específicos y buscando que estos aprobaran las decisiones sobre las condiciones para el pastoreo y el uso del agua. A través del proyecto, el HFDJB también ofrece pequeñas donaciones para ayudar a las personas con programas de protección de los medios de subsistencia, educación y capacitación.

Confiar en el ecoturismo

Localización de Jordania

Se está desarrollando una historia positiva en el norte de la Badia, que parece atraer a los aventureros que desean seguir los pasos de Lawrence de Arabia. Hasta la primavera árabe de 2011, el turismo representaba aproximadamente el 12,5 % del producto interno bruto (PIB) de Jordania. Esa cifra se ha reducido debido a la inestabilidad en la región.

El Banco Mundial apoya el ecoturismo colaborando con la Sociedad Real para la Conservación de la Naturaleza (RSCN, por sus siglas en inglés) —un líder regional del ecoturismo comunitario— para establecer un corredor de turismo ecológico en Mafraq, que ya está atrayendo a otros donantes. El proyecto ampliará el ecoturismo sobre la base de la reserva de humedales de Al Azraq y la reserva de fauna de Shaumari, creadas por la RSCN. Los turistas podrán disfrutar de la cultura beduina y de lugares de interés como las formaciones de piedra caliza, los sitios con inscripciones safaíticas y petroglifos, y los castillos antiguos. El concepto de ecoturismo de alto valor y bajo volumen reduce al mínimo el impacto ambiental y aumenta al máximo la rentabilidad económica para las comunidades locales, como la comunidad de Ar Ruwaished.

Apoyar a las mujeres de la Badia

El proyecto también crea oportunidades para las mujeres, a través de sesiones de capacitación y donaciones que permiten a las mujeres adquirir habilidades para trabajar fuera de sus casas y obtener ingresos.

Gracias a las donaciones del Fondo Hachemita, al menos ocho cooperativas comunitarias intentan desarrollar medios de subsistencia alternativos, mientras tratan de reducir su dependencia de los recursos naturales. Ya se ha creado una de las primeras cooperativas dirigida por mujeres en el distrito de Al-Jafr en Ma’an y más de 300 mujeres han aprendido a hacer joyas, cerámicas y recuerdos, así como participar en actividades de comercialización y trabajos artesanales.

El apoyo del Banco Mundial ha ayudado al HFDJB a lograr su objetivo de crear una escuela de gestión de las tierras de pastoreo. Según Sharifa Zayn Alsharaf Bint Nasser, presidenta del Consejo de Administración del HFDJB: “La escuela virtual es la primera en su tipo en Jordania dirigida a todos los miembros de la comunidad de la Badia, incluidas las mujeres y los jóvenes, para crear una generación consciente de que sus recursos naturales deben ser preservados y desarrollados para beneficiar a las generaciones futuras”.

El programa académico sobre gestión de las tierras de pastoreo ha sido elaborado en coordinación con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos y, además de los conocimientos propios del área, incluirá materias tradicionales y experiencias comunitarias. Los graduados se convertirán en guardabosques en sus comunidades, con vastos conocimientos sobre las especies existentes en las tierras de pastoreo y cómo manejarlas. “La respuesta de las comunidades ha sido enorme, y están pidiendo capacitación adicional”, dijo Banu Setlur.

El camino a seguir

Dado que los acuerdos comunitarios sobre pastoreo y tierras de pastoreo en Ma’an abarcan en la actualidad 3000 hectáreas, y el ecoturismo está a punto de tener un impacto positivo en Mafraq, estos enfoques podrían ampliarse a toda la Badia.

Unas 25 cooperativas en el sur de la Badia —constituidas por casi 1500 miembros, de los cuales la mitad son mujeres—, ya se han beneficiado de la capacitación en planificación estratégica, mercadotecnia y elaboración de estudios de factibilidad. Si se extendiera más allá de las dos provincias mencionadas, el proyecto podría abrir las puertas para otras comunidades en la Badia, transformando los paisajes desérticos sin vegetación en ecosistemas llenos de oportunidades.

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