Juliette Greco, a quien tanto quisimos

«No hay un después» (Libération)

«Sous le ciel de Paris», «Paris canaille», «Les feuilles mortes», «J’arrive», «Jolie môme»…Juliette Greco, cantante y actriz, musa del existencialismo del Saint-Germain-des-Près de la posguerra, irrepetible intérprete de Vian, Brel, Gainsbourg, Veloso o Ferré, ha fallecido el miércoles 23 de septiembre de 2020, a los 93 años.

Juliette-Gréco-1966 Juliette Greco, a quien tanto quisimos
Juliette Greco en 1966

La «dama de negro» de la chanson, «Greco, rosa negra de los patios/ de la escuela de los niños que no son sabios», en el retrato con palabras del escritor Raymond Queneau.

Un rostro intrigante de pómulos altos y ojos subrayados de negro, cabellos oscuros –a veces flequillo, a veces no- y manos blancas que iluminaban el escenario.

Juliette Gréco nació el 7 de febrero de 1927 en Montpellier, hija de un corso comisario  de policía y de una mujer «visceralmente de izquierdas». Junto a su hermana mayor, Charlotte, creció en casa de los abuelos en Burdeos, tras la separación de sus padres.

«Tuvo una infancia melancólica», quiso ser bailarina y dio los primeros pasos en el cuerpo de las «ratitas» de la Opera de París. Con la declaración de la guerra la familia se refugia en una propiedad que tienen en Dordogne donde la madre ingresa en la Resistencia. En 1943 deportan a su madre y a su hermana, a ella la encarcelan en la prisión de Fresnes durante poco más de una semana: sale en libertad porque solo tiene dieciséis años-. Lo contaba en la autobiografía –«Jujube»- que publicó en 1983.

Acabada la guerra y con menos de veinte años, Juliette Greco se traslada al París bohemio de los intelectuales y artistas de Saint-Germain-des-Prèss y comienza a cantar en el mítico cabaret «Le Tabou».

Frecuenta a Jean-Paul Sartre y su inseparable Simone de Beauvoir, Marguerite Duras, Albert Camus, Maurice Merleau-Ponty y hasta Miles Davis, con quien vivió una historia de amor.

Comparte con su hermana Charlotte, regresada del campo de concentración en 1945 (la madre ingresa en la marina y parte para Indochina) la habitación de un modesto hotel; después Charlotte se casa. Juliette consigue algunos papeles en obras teatrales e inicia una carrera cinematográfica interpretando personajes secundarios en «En el reino de los cielos» de Julien Duvivier, «Orfeo» de Jean Cocteau y «Elena y los hombres» de Jean Renoir.

En el Hotel La Louisiane de la rue de Seine (que al día de hoy continúa ofreciendo los mejores precios de todo el barrio) conoce al director Michel de Ré quien le da un papel en la obra «Víctor ou less enfants au pouvoir».

Ese hotel, en el que también vivió un tiempo Marguerite Duras, y donde las puertas de las habitaciones permanecían abiertas y funcionaba la solidaridad, era el punto de llegada de todos los músicos de jazz procedentes de Estados Unidos. Allí fue donde coincidieron Juliette Gréco y Miles Davis.

Raymond Queneau y Jean-Paul Sartre le escriben los primeros éxitos -«Si tu t’imagines…» y «La Rue des Blancs-Manteaux»- que interpreta con su voz ronca, inigualable. Con el tiempo amplía el repertorio con poemas y canciones de Boris Vian, Jacques Prevert, Charles Aznavour

Su primer álbum –«Je suis comme je suis» (soy como soy)-, con canciones escritas por Jacques Prévert y Joseph Kosma, se publica en 1951. La interpretación de «Jolie môme», en el Olympia parisino, en 1954, la consagra definitivamente como cantante.

Escucha la llamada de Hollywood y viaja en 1957 para interpretar «El sol sale también»; durante el rodaje inicia una relación con el productor Darryl F. Zanuck. Con él interpreta papeles de mujeres «objeto de deseo» en películas como «Las raíces del cielo» de John Huston, junto a Errol Flynn y Orson Welles; con éste volverá a coincidir en «Drama en el espejo» de Richard Fleischer.

Pero Zanuck resulta ser un amante posesivo, que llega al punto de contratar detectives para vigilarla, y Juliette Greco hace las maletas, regresa a París y en 1958 aparece en la adaptación que Otto Preminger hace de la novela «Bonjour tristesse», de Françoise Sagan, cantando la canción del mismo nombre.

En los años sesenta interpreta a los grandes de entonces: Jacques Brel, Serge Gainsbourg, Brassens, Ferré… «Conocí –decía- a la gente más maravillosa que había». «La javanaise», «La chanson des vieux amants»… Conoce al actor Michel Piccoli, se casan y pasan diez años juntos (Su primer marido, el  actor Philip Lemaire, fue el padre de su única hija, Laurence, fallecida en 2016).

Aunque el cine parece haber pasado a un segundo plano, continúa haciendo apariciones en algunos largometrajes, como en «La cabaña del Tío Tom» de Geza von Radvany, y en telenovelas, como el papel de fantasma en «Belphégor», folletín en cuatro episodios dirigido por Claude Barma. En 2001 hace una aparición relámpago en el remake, esta vez en el cine, «Belphégor, el fantasma del Louvre», realizado por Jeabn-Paul Salomé con Sophie Marceau de protagonista.

En las décadas de 1970 y 1980, Juliette Gréco efectúa varias giras mundiales acompañada al piano por su tercer marido y último amor, Gérard Jouannest (fallecido en 2016), quien había sido amigo, pianista y letrista de Jacques Brel; son suyos los versos de la canción de culto «Ne me quitte pas» que siguen incluyendo en su repertorio todos los nuevos valores de la chanson: «Je ferai un domaine. Où l’amour sera roi, où l’amour sera loi. Où tu seras reine». Hay quien cree que es una canción que da suerte.

En 1984 Juliette Gréco recibe la Legión de Honor. Vuelve al Olympia dos veces más, en 1993 y en 2004. En la ceremonia de las Victorias de la música de 2007 recibe una «Victoria de Honor» por el conjunto de su carrera.

Mientras tanto, comienza a interpretar composiciones de los cantautores más jóvenes como Abd Al Malick, Benjamin Biolay y Olivia Ruiz. En 2010 regresa al cine para hablar de ella misma en el documental «Je suis comme suis», que dirige Brigitte Huault-Delannoy: «Tengo hambre de todo lo que no sé. Hay un montón de cosas que me he perdido… -dice- me iré con hambre, no me iré saciada».

En 2012 publica el álbum «Ça se traverse», un himno «a los puentes de París, los de los poetas y los jóvenes con prisa, los puentes de los enamorados y de los suicidas», canciones a dúo con Melody Gardot, Marc Lavoine y Féfé. En 2013 dedica un álbum a Jacques Brel

En la primavera de 2015 inicia una última «gira de adiós», durante la cual celebra su 89 cumpleaños, el 7 de febrero de 2016, en el escenario del Théâtre de la Ville de París, el mismo escenario donde, en 1968, alcanzó un éxito resonante con la canción «Déshabillez-moi» (Desnúdame).

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.