… ya te vas, para no volver,
cuando quiero llorar, no lloro
y a veces lloro sin querer …
Rubén Dario
Tengo que descubrirme ante los jóvenes de hoy porque ni son todos ninis, ni hacen botellón, ni son parásitos sociales como he leído repetidas veces. Los actos hacen a las personas y es necesario divulgar que muchos millones de chicos y chicas de todos los países están promoviendo acciones para los demás, realidades que van a remover conciencias como son las que ha procurado la Generación Greta o los que recogen la basura que otros desalmados tiran sin mirar adonde. Actos fantásticos de personas extraordinarias, y me descubro ante ellas en un día como hoy.
Llegados a los treinta años de la www (World Wide Web), esa telaraña a lo largo y ancho de este mundo, tengo que considerar que si de algo ha servido estar conectados es para que los jóvenes nativos en este área den lo mejor de sí, aprendan rápidamente de lo que se publica y den a conocer su legado que de otra forma estaría en un cajón. Talentos que nunca vieron la luz, voces que nunca tuvieron un micrófono, personas abandonadas a su suerte que acabaron en su pueblo sin más conocimiento que el de la escuela. Y no, eso no ha sucedido con la nueva era. La grandeza de la juventud se ha visto expuesta de forma práctica, real, absoluta, con acciones, foros, grupos, movimientos y otras cuestiones que están ahí, en este mundo globalizado que nos hace iguales y nos permite seguir unidos.
La juventud es lo mejor que tenemos y nuestra mejor inversión es dejarles un legado de formación necesario para que sus proyectos se conviertan en realidad; dotarlos de la educación necesaria capaz de hacerles crear algo grande, porque sin ella, seguiremos deteniendo su talento, sus proyectos, su vida en un tiempo que expira y su evolución no será eficaz. Y hoy más que nunca, vemos cómo nos dan ejemplo, viralizan en las redes movilizaciones pro y para el planeta con la ilusión y fuerzas necesarias; esas que por la edad, todos perdemos aunque no queramos.
Los jóvenes de hoy en día tienen la suerte inmensa de dar a conocer todo cuanto deseen y de hacer públicos sus conocimientos y averiguaciones. No todo son mandangas en Insta ni fotos vacías en contextos absurdos. No todos tienen nomofobia y no saben cómo gestionar su imagen en las redes, todo se educa, hasta eso.
Muchos de ellos han hecho enorme avances por y para la sociedad que de no ser en este siglo de las tecnologías, no hubiera sido visible. Hoy lo es, y ellos son capaces gracias a la fabulosa herramienta de la comunicación que es internet, que ha permitido que sigan procurándose conocimientos, sigan transmitiendo información, ora de teatro, ora de costura, ora de todo lo que pueden ofrecer, de forma que llegue a todos a la vez; todos a una, como el reto por el cambio climático de la activista sueca o el de Yasmine Ouirhrane, que dio a conocer su premio por la Juventud Europea.
Gracias a los jóvenes que crean, que fomentan el estudio, que hacen composiciones, piezas musicales, editan libros, promueven el conocimiento en blogs y divulgan información de alguna manera. Gracias a todos los que lejos de ser adictos a las redes hacen que estas sirvan para que llegue a quien corresponda y se evite la desinformación que no nos permite elegir.
Gracias a todos los que seguís con empeño cuestiones que tienen que ver con los demás. Gracias. Sois el presente, pocas veces se ha reconocido vuestro corto pasado pero realmente sois nuestro futuro.Que con esa alegría, fuerza, inocencia y esperanza sigáis en la senda del cambio; de ese necesario cambio que nosotros no supimos ver.
¡A por el mundo, jóvenes! que internet somos todos pero unos más que otros; y todo cuanto queráis, estará en un segundo a vuestro alcance. Cuidemos a la juventud, es nuestra única forma de darles las gracias por tanto.