La conspiración del silencio, excelente ejercicio de memoria

  • ¿Qué pretende? ¿Qué cada alemán se pregunte si su padre era nazi?

  • Si, que se sepa la verdad y se rompa el silencio.

cartel-la-conspiracion-del-silencio La conspiración del silencio, excelente ejercicio de memoriaLa conspiración del silencio (Im Labyrinth des Schweigens), ganadora de tres premios, entre ellos el del Jurado, en el Festival del Film de Historia de Pessac en noviembre de 2014, y un galardón al mejor actor en el Festival del Cine Bávaro, es una espléndida película basada en la investigación que culminó en los juicios de Auschwitz, donde se condenó a algunos de los miembros de las SS que sirvieron en el mayor campo de exterminio nazi.

La conspiración del silencio es la que se estableció en las mayores instancias gubernamentales alemanas para que se silenciaran los crímenes de guerra de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, y permanecieran enterrados para siempre jamás, costara lo que costara.

“La conspiración del silencio es una inmersión en los archivos de ‘la banalización del mal’, que lleva a descubrir los horrores perpetrados en los campos de concentración y exterminio. Con los juicios de Auschwitz los alemanes se enteraron de que los nazis no habían desaparecido al finalizar la guerra (como era lógico suponer) sino que habían continuado llevando una vida normal, como si no hubiera pasado nada, como si no hubieran participado en una de las páginas más vergonzosas de la historia… El trabajo de recuperación de la memoria, Vergangenheitsbewältigung, se hizo lentamente en la República Federal. Costó mucho reconocer la naturaleza del régimen criminal nazi. Alemania no quería saber nada”.

En 1958, en la Alemania de la posguerra y cuando ya habían pasado doce años de los juicios de Nuremberg –donde se juzgó a 24 de los principales responsables del III Reich acusados de complot, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad-, cuando la mayor parte de la población había decidido “no volver a hablar” del asunto, el joven fiscal Johann Radmann (Alexander Fehling, Malditos bastardos) –quien personifica en la ficción el trabajo que en la vida real desarrollaron tres jóvenes fiscales Joachim Kügler, Georg Friedrich Vogel y Gerhard Wiese– descubre algunos elementos esenciales para iniciar un proceso contra un antiguo SS, que había estado en Auschwitz.

Igual que ocurrió en España no hace mucho con las investigaciones del juez Baltasar Garzón, que le costaron al menos un parón en su carrera, el joven fiscal de Frankfurt de La conspiración del silencio tiene que enfrentarse a la hostilidad de una sociedad que quiere huir de su pasado, y olvidarlo.

Johann Radmann, se encuentra con un caso explosivo entre las manos cuando el periodista Thomas Gnielka (André Szymanski), le cuenta que uno de sus amigos ha identificado a un antiguo guardián de Auschwitz que ejerce de profesor en un instituto de Frankfurt. El fiscal y el periodista empiezan a recoger testimonios, buscan en los archivos, acumulan documentación, mientras mucha gente, en el cuerpo judicial y en las esferas políticas, se oponen a sus investigaciones. Se suceden las amnistías para los criminales y las llamadas de atención para los investigadores. Solo el Fiscal General Fritz Bauer (1) le apoya para que continúe, nombrando a otro fiscal para que le ayude en la búsqueda de indicios y personas, aunque advirtiéndole de que se va a encontrar muchos casos de falta de pruebas y que solamente podrá intentar que se juzgue a los asesinos declarados, y a los que se les pueda probar la intención de matar.

En la documentación del mando estadounidense Radmann encuentra confirmación de que también su padre –al que siempre creyó un soldado desaparecido en la contienda- pertenecía al partido nazi. En ese momento su mundo se hunde, dimite del cargo e intenta trabajar como abogado en un bufete muy poco escrupuloso con el comportamiento de sus clientes. Finalmente regresa, es reconfirmado en su puesto y entra en la sala del juicio, junto a su compañero, dispuesto a rescatar una parte de la memoria de Alemania.

Basada en hechos reales y dedicada al Fiscal del Estado y a los tres auténticos fiscales de Frankfurt que llevaron a cabo la exhaustiva investigación que les permitió acusar de asesinato a 19 militares del campo de Auschwitz, de los que 17 fueron condenados como autores de crímenes de guerra, La conspiración del silencio es una historia de valor, responsabilidad y lucha por la justicia frente a la gran conspiración existente para ocultar el pasado nazi de muchas personalidades y altos cargos del gobierno alemán que, una vez terminada la guerra, guardaron la guerrera militar en el fondo del baúl y reemprendieron una vida “normal”.

Cuando suceden los hechos que nos cuenta esta película Alemania está inmersa ya en pleno “milagro económico” y la mayoría de loa alemanes, que van salir beneficiados, solo quieren olvidar y borrar el sentimiento de culpabilidad que arrastran. Durante las investigaciones, los fiscales se dan cuenta de que muchos de sus conciudadanos pretenden no haber oído nunca hablar del campo de Auschwitz, mientras otros les declaran abiertamente que quieren olvidar lo que saben.

Solo el apoyo incondicional del Fiscal del Estado, el judío Fritz Bauer (1) (Gert Voss, superviviente del holocausto), conseguirá que culminen las investigaciones y, aunque se les “escapan” dos de los mayores asesinos de la historia –Adolf Eichman, teniente coronel de las SS y miembro del partido nazi, encargado de la “cuestión judía” por Hitler, secuestrado en Buenos Aires en 1960 por el Mossad israelí, juzgado, condenado y ejecutado en Jerusalén el 31 de mayo de 1962; y Josef Mengele, médico y oficial de las SS conocido en el campo de Auschwitz como “el ángel de la muerte” y uno de los autores de la “solución final”, quien después de la guerra huyó a Argentina y Paraguay, donde vivió y murió tranquilamente, con nombre falso y sin que nunca le juzgaran, en 1979-, consiguen lo que nadie había intentado hasta entonces: que, a diferencia de los juicios de Nuremberg que llevaron a cabo los “aliados” vencedores de la guerra, en este caso fuera la propia Alemania quien persiguiera a sus criminales sentando en el banquillo de Frankfurt a 19 SS, acusados de crímenes de guerra, y condenando a 17 de ellos.

La conspiración del silencio es el primer largometraje del guionista, actor y realizador italo-alemán Giulio Ricciarelli (“Me pareció una historia increíble. Me costó bastante creer que los alemanes de finales de los años 50 nunca hubieran oído hablar de Auschwitz”), con un resultado verdaderamente excepcional.

  1. Fritz Bauer fue el iniciador de los Juicios de Auschwitz que, entre 1963 y 1965, se celebraron en Francfurt y en los que comparecieron 19 guardias del campo de la muerte. Estuvo implicado en la detención, por el Mossad, de Adolf Eichman en Buenos Aires; también defendió a los resistentes del 20 de julio de 1944, acusados de complot para matar a Hitler, en un proceso en 1952 en el que demostró la legitimidad de la resistencia contra un estado de no-derecho.

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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