La crisis arrasó con gran parte del sistema empresarial de nuestro país. Muchas personas perdieron sus empleos y cientos de compañías se vieron obligadas a cerrar sus puertas.
No obstante, la regeneración económica está suponiendo una nueva oportunidad para estos negocios y ahora más que nunca es necesario contar con profesionales que asesoren a la compañía. El concurso de acreedores no es un proceso sencillo y se requiere de los mejores expertos del sector para remontar el rumbo de la empresa.
Una segunda oportunidad
Cuando se entra en un concurso de acreedores, el empresario en particular se encuentra contra las cuerdas. Declararse insolvente a causa de la pérdida absoluta de liquidez, que te quiten las riendas de tu propio negocio y arriesgarse a acabar en el paro, es una fase que nadie desea experimentar; por lo que hay que estar totalmente preparados en caso de que llegue.
Sin embargo, aunque pueda parecer que el fin está cerca, no se trata más que de una segunda oportunidad para hacer bien las cosas. Es un proceso en el que se evalúa el futuro de la compañía, se llega a acuerdos con los prestamistas y se toman las medidas necesarias para aplicar un plan de regeneración.
Puede que aquellos que pasan por esta situación tengan demasiado peso a sus espaldas como para darse cuenta de la suerte que tienen gracias a la existencia de este sistema; no obstante, en caso de escoger bien a la agencia que se encargue de ello, los resultados pueden terminar con todo el estrés, los agobios y las dudas que fueron surgiendo durante el camino.
El concurso de acreedores, en definitiva, es un momento delicado que necesita de la gestión de grandes profesionales para alcanzar el éxito. Una ocasión ideal para reformar íntegramente las políticas erróneas que le han llevado a ese momento para alcanzar la solvencia que se esperaba cuando se abrieron las puertas del negocio.
La profesionalidad de las agencias
El pilar básico para lograr esa regeneración económica en la empresa es escoger bien a la agencia que va a encargarse de acompañar a la compañía durante todo el proceso. Algo que, gracias a internet y las valoraciones públicas de otros clientes se ha convertido en algo realmente sencillo y práctico.
En primer lugar, debemos prestar atención a la filosofía de la empresa. Es decir, nuestro futuro no puede estar en manos de aquellos que están interesados exclusivamente en el beneficio monetario. Por suerte, existen muchas agencias que conocen la delicadeza de la ocasión, empatizando con sus clientes en todo lo posible y dándoles el apoyo necesario para superar la crisis. Esto es algo básico que puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso final.
Por otro lado, aquellos profesionales que contratemos deben ser personas expertas en su campo que controlen todas las materias que entran en juego durante el concurso de acreedores.
Es fundamental que haya un buen equipo formado por economistas y abogados. El factor legal del proceso es determinante, por lo que no podemos dejar en manos inexpertas algo tan relevante como cumplir las normas a cada paso que damos. Algo que, de combinar con un experto en economía, será un factor definitivo en el reflotamiento final de la compañía.
De esta manera, el asesoramiento y los planes de acción serán algo muy similar a la garantía de éxito. Necesitamos de los consejos, conocimientos y labores de terceros de cara a conseguir lo que fallamos antaño. Porque devolver las deudas y conseguir sacar adelante a toda una empresa no es algo sencillo y contratar una ayuda será la piedra angular de todos los acontecimientos venideros.
En consecuencia, es responsabilidad de los empresarios que las cosas no terminen en una quiebra total. Cuando se está al cargo de una compañía son muchos puestos de trabajo los que están en juego, por lo que no se puede dejar a la suerte el destino económico de esta. Debemos aprovechar las oportunidades que nos lanza la vida y sacarles el mayor partido posible.