Mucha gente supone que en Estados Unidos solo hay escritores anglosajones y se leen solo libros en inglés. Es una equivocación, hay una buena producción de libros en español, escritos y publicados en Estados Unidos, tal vez, sin gran distribución masiva pero con activa circulación en el mercado hispano.
Los grupos editoriales se han unido a raíz de este mercado. Silvia Matute, directora de Prisa Ediciones, reconoce un alza en la venta de libros en español y aconseja apuntalar los espacios de las librerías y las ferias.
Efectivamente, existen librerías como las cadenas Books and Books o Barnes & Noble con secciones dedicadas a los libros en español, varias bibliotecas nacionales tienen sectores dedicados a libros en castellano y existe la Sección Hispana de la Biblioteca del Congreso, la más importante, con un gran registro de volumenes en la lengua de Cervantes.
Sin duda, Miami es uno de los mayores centros de producción y lectura de libros en español, otros centros son California, Texas y New York. A su vez, hay un movimiento de libros publicados por editoriales pequeñas, o autofinanciados por autores, que se venden en ferias y a través de internet. Eso estimula a los creadores y autores hispanos que viven en Estados Unidos.
El poeta y escritor Luis Alberto Ambroggio, con varios libros publicados, ha reunido, justamente, en la antología de poesía, Al pie de la Casa Blanca, un grupo de poetas de Washington que escriben en español.
Ambroggio, oriundo de Argentina, ha desarrollado una activa carrera en la Aeronáutica aunque su vocación es la literatura. Actualmente, es académico de número de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y presidente de la sección de ANLE en Washington. Éstas son sus opiniones sobre la importancia hispana en Estados Unidos y la presencia del libro en español.
Luis Alberto Ambroggio: Fue un gran descubrimiento cuando llegué a este país, hace más de 47 años, comprobar la historia y la cultura hispana en Estados Unidos, ya que ésta empieza en 1513, con la llegada de Ponce de León a La Florida.
Al año siguiente de llegar, tuve el gusto de trabajar en la Casa Blanca, precisamente en el Comité para el Desarrollo de la Comunidad Hispana, que había creado el presidente Nixon. El mismo presidente Nixon cambio el nombre de esa comisión de comunidad chicana a comunidad hispana. Nos reíamos porque ser chicano de Los Angeles era ser primero mientras que ser chicano de Texas, era ser segundo, luego venían los puertorriqueños y los cubanos y los sudacas eramos quintos y últimos.
Desde ese momento me propuse la militancia por recobrar nuestra historia y cultura hispana y trabajar por la unidad en la diversidad. Me satiface ver los progresos que hemos hecho. Hoy somos casi 50 millones de hispanohablantes, la segunda minoría del país.
Adriana Bianco: Somos una nación dentro de una nación.
LA: Y una nación que tiene una historia riquísima, con una literatura de casi 200 siglos, además de ser un mosaico de español, porque convergen diferentes hispanos de distintos países de America Latina, y entonces deviene el español de Estados Unidos, no es mexicano o argentino, es español de Estados Unidos.
En la capital de Washington el crecimiento de la población hispana llega a un millón y dentro de esa población hispana hay de 400 a 500 mil salvadoreños. En Estados Unidos la presencia hispana más importante es la mexicana, con casi 21 millones de mexicanos. La tendencia es que los hispanos seguiran creciendo.
AB: Esa importancia se demuestró con el Primer Congreso de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, de la cual eres presidente en Washington. Cuéntanos sobre ese congreso de ANLE.
LA: Ha sido un honor y un placer organizar este congreso histórico por ser el primero de la ANLE. Cuando viajo por los distintos países se sorprenden que exista una Academia de la Lengua Española en Estados Unidos.
Este Congreso se celebró para festejar los 40 años de fundación de ANLE y es histórico también por la riqueza de las ponencias, la unidad en la diversidad. A su vez, se reconoce a gente que trabajó para el rescate del español dentro de este país, como el profesor Nicolas Kanelos, quien publicó cuatro volumnes de la cultura hispana cubriendo todas las áreas culturales y que fue mi base de estudios sobre la poesía hispana en USA, que data de 1541 con el primer poema épico La Florida de Fray Gregorio de Escobedo.
AB: Hablando de poesía, hablanos de tu último libro Todos somos Whitman.
LA: Todos somos Whitman surge de mi traducción de 104 ensayos, el prólogo y el epílogo a las 52 sesiones de Canto a mi mismo. Los 52 poemas de mi libro están basados en el Canto, tienen citas de Whitman y es un homenaje a este poeta americano que fue visionario porque consideraba que lo hispano iba a ser un factor fundamental en Estados Unidos. A su vez, Whitman tuvo una gran influencia en toda la poesía latinoamericana, en José Marti, Rubén Dario, Lorca, León Felipe y Jorge Luis Borges, quien tradujo Hojas de Hierbas del poeta americano.
Me interesó mucho la visión de lo hispano que tenía Whitman y algo similar acontece con Thomas Jefferson, autor de la Declaración de la Independencia, quien obligaba a sus hijos a leer en español El Quijote de la Mancha. La más jóven de sus hijas, en una carta, le dice que había acabado El Quijote y estaba leyendo El Lazarillo de Tormes. Jefferson intuyó la importancia del español, como Whitman.
AB: Cuéntanos sobre la Antología de poetas de Washington.
LA: Al pie de la Casa Blanca, es un título controversial porque algunos creen que indica sometimiento, pero al pie de la Casa Blanca es donde se inician las protestas, los reclamos de la gente. Y la poesía hispana escrita en Estados Unidos es una poesía de protesta, de reclamos y de nostalgia, de volver a las raíces. Congregamos, en esta Antología, a veinticuatro poetas locales de diferentes países: El Salvador, México, Argentina, Colombia, y el Caribe.
Como dato, en Washington han vivido varios poetas hispanos como Juan Ramón Jiménez, la poeta nicaragüense Claribel Alegría, el cubano José Marti. Yo fundé, hace veinticinco años, la Academia Iberoamericana de Poesía y desde entonces en la Biblioteca del Congreso celebramos los recitales y el año pasado. 500 años de poesía hispana en Estados Unidos.
AB: Tu fuiste aeronáutico, y yo te considero el Saint Exupery latino, pero, cómo aterrizaste en este mundo de la poesía y como la definirías…
LA: Escribía poemas desde los doce años y gané un premio en la escuela. Tengo diecisiete libros publicados, y siempre escribí. Cuando era empresario aeronáutico viajaba a muchos países para participar en congresos literarios y encontrarme con otros poetas y por supuesto, leía mucho.
La mayoría de mis poemas los he escrito en aviones, en los vuelos, por eso, creo que la poesía es como un vuelo. La poesía es un vuelo.