María Rodés y Alberto Rosado, sacros singulares

Casi al final del Festival Internacional de Arte Sacro en Madrid hemos tenido oportunidad de ver a María Rodés con su cuarteto de cuerda, -guitarra española, violín, viola, cello – y equipo de percusión, y al pianista Alberto Rosado interpretando al compositor japonés Töru Takemitsu.

María Rodés en estreno absoluto de su nuevo concierto Harmonías del Firmamento, un diálogo entre fe y ciencia inspirado por su tío bisabuelo Lluis Rodés, quien en plena guerra civil se dedicó a investigar la relación entre ambos conceptos.

María ha combinado para este concierto a través de los distintos sonidos, la Soledad con su voz, la Ciencia con su guitarra eléctrica,  la Religión con la veena, la trompa de los Alpes, (o algo parecido) el monocordio, la tabla y el gong, la guerra y el caos con todos los sonidos, entre los que destacan los fuertes acordes de mástil del trío violín, viola y cello.

resized_rodes2 María Rodés y Alberto Rosado, sacros singulares
María Rodés. Foto archivo.

 

María ha convertido en puro misticismo canciones de todos conocidas y algunas totalmente nuevas compuestas por ella, con una voz que destaca más que por sus calidades singulares por el modo de administrarla. Cuando inicia el concierto con un solo de El día que nací yo transformada en canto espiritual dedicado a su antepasado astrónomo y jesuita, estremece con ese sonido rodeado de silencio. Sigue con su composición Ojos tristes que me dicen sin hablar/ojos grandes, negros que me miran sin hablar con un fantástico final de cuerdas, que van a ser a lo largo de la actuación las máximas protagonistas.

Recuerda ahora aquel Diario de la guerra civil del tío bisabuelo Lluis Rodés con la canción Mi pobre patria a la que sigue un estremecedor solo de gong, un solo de viola, y acompañamiento de mástil de violín, viola y cello. Guerra, soledad y sentimiento religioso, todo en uno. Su voz suave termina en un agudísimo que rubrica toda la gama de sentimientos presentes a lo largo de la canción.

Este concierto va a tener un largo recorrido, porque consigue hacer sentir, inquietar, acelerar los latidos del corazón. Cuando transforma en auténtico canto espiritual la copla Pena. penita, pena, seguida de un solo de veena y de un crescendo que implica a todo el equipo de cuerda, la forma especial de administrar la voz causa asombro. Y cuando a ésta sigue la canción Porqué te vas, de tal modo que hace afluir las lágrimas, el recuerdo tangible de Lola y Jeanette se hace presente. Pero nos saca de la melancolía con una canción que estrena hoy, Voy a buscar al sol.

Nos vamos despidiendo por el Camino de Santiago, dice María y el camino nos lleva a Miento por placer que remata con un solo de tabla y reinicia con un solo prolongado de gong seguido de un cántico al sol,  la luna y el mar con intervención protagonista de un cuarteto de cuerda que incluye la guitarra española de Isabelle Laudenach. Un cuarteto que dará que hablar.

Al final todos se van para dejar protagonismo a otra sacralidad, la hindú. Es el momento de Joel Olivé que interpreta un solo de veena que pone una hermosa guinda a un concierto cuidadosamente diseñado y trabajado.

Alberto Rosado y Töru Takemitsu

El pianista Alberto Rosado hace una presentación del compositor japonés Töru Takemitsu, consciente de que a pesar de que éste está considerado como uno de los mejores compositores de la segunda mitad del siglo XX a nivel mundial, es casi un desconocido en España. Ya el hecho de que actúe en la Sala Negra y sin demasiada audiencia es muy significativo.

resized_1.20160330_204457 María Rodés y Alberto Rosado, sacros singulares
Alberto Rosado en concierto. 30 de marzo 2016. Teatros del canal, sala negra.

 

Nos introduce a las capacidades sonoras, tímbricas y de color de Takemitsu, al espíritu japonés y al intercambio de ida y vuelta Japón – Francia, es decir , intercambio de influencias mutuas, en el caso de Takemitsu las resonancias de Debussy y Messiaen estarán presentes en todo el concierto.

Básicamente autodidacta, Takemitsu – 1930/1996 – empezó a interesarse por la música clásica occidental durante la Segunda Guerra Mundial, época en la que se recuperaba de una larga enfermedad, paradójicamente escuchando una emisora militar norteamericana. Al jazz llegó en su ambiente doméstico; su padre tenía una gran colección fonográfica de esta música. A partir de 1951 actuó de introductor de compositores contemporáneos europeos con su grupo Jikken Kobo . Más tarde fue introduciendo instrumentación japonesa  y su obra November Steps fue la primera pieza filarmónica en la que combinó instrumentos orientales y occidentales.

Una feliz casualidad atrajo hacia él la atención de Stravinsky un día en que éste iba a escuchar unas cintas japonesas y por error le pusieron la cara contraria en la que estaba grabado su Requiem. Alguien quiso enmendar el error pero Stravinsky no lo permitió hasta completar la escucha. Esa casualidad le convirtió en admirador y divulgador de Takemitsu.

resized_2.20160330_203051 María Rodés y Alberto Rosado, sacros singulares
Alberto Rosado, concierto Takemitsu. 30 marzo 2016. Teatros del Canal. Madrid.

 

El concierto empieza con una obra fuera de programa, Romance que compuso a los 18 años seguido de Litany, Lento in due movimenti. En ambas el espíritu japonés y el francés están muy presentes con las resonancias de Debussy y Messiaen. El virtuosismo y la potencia emocional de Alberto Rosado consiguen transmitir al público las esencias orientales y occidentales de la música de Takemitsu.

Pausa ininterrumpida (1952/1959) es la primera gran obra del compositor japonés. Nació como resultado de un encuentro con filósofos, poetas y otros artistas reunidos para analizar las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial.  En ésta y en las dos piezas siguientes del concierto, Piano Distance y For Away, son notorios los cambios en su evolución, sobre todo en la evidencia de la abstracción sonora.

En la última parte del concierto, Alberto Rosado interpreta las grandes joyas de la música de Takemitsu: Los ojos cerrados, (1979) Los ojos cerrados II, (1988) Rain tree sketch, (Árbol de lluvia) y Arbol de lluvia II. (1992) En ellas encontramos algo de las composiciones anteriores y elementos nuevos extramusicales en los que ha trabajado concienzudamente, principalmente elementos de la naturaleza, en los que los sonidos nacen del silencio. La caída de las gotas de esos árboles cargados de lluvia, impregnando de humedad el ambiente; el sonido como de un palo o piedra que caen al agua que va desplazándose en ondas sucesivas, están presentes en los acordes del piano. Alberto Rosado en su explicación previa ha interpretado ese golpe fuerte que va diluyéndose en ondas o círculos en el agua. En esta obra de madurez algunos de los conceptos formales de la música de Takemitsu dependen  de su imaginería visual, basada en la pintura, – como en los nenúfares de Monet – los sueños y el jardín japonés, sobre el que escribió abundantemente. Estas cuatro piezas están consideradas entre las mejores composiciones para piano del siglo XX.

Termina el concierto con un bis de su amigo el compositor Santiago Lanchares, presente en el concierto: Los ojos abiertos, que realmente está muy relacionada con las composiciones de Los ojos cerrados de Takemitsu.

Una joya de concierto, tanto por el compositor como por su intérprete. 

Teresa Fernandez Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.