Mejor guión en la sección Un certain regard del Festival de Cannes 2018, “Sofía”, de la realizadora debutante marroquí Meryem Benm’Barek (con dos aplaudidos cortos en su trayectoria: “Nor” (2013) y “Jennah” (2014), parte de una cruel realidad legal: el artículo 490 del código penal marroquí que castiga con pena de cárcel de un mes a un año las relaciones sexuales entre personas de distintos sexo que no estén casadas y que, además, en caso de quedar embarazada, es ilegal que la mujer dé a luz en un hospital.

Es el caso de la joven Sofia (Maha Alemi), que rompe aguas a los 18 años durante una comida familiar ante el estupor de su prima Lena (Sarah Perles), estudiante de medicina, que es la única que se hace cargo de la situación y acompaña a la joven, consigue que dé a luz clandestinamente en el hospital y regresa al hogar con la chica y un bebé en brazos, siempre respetando el tradicional reflejo de salvaguardar el honor y la reputación, tanto de la chica como de la familia.
A partir de ahí, el objetivo de todos, incluida la propia Sofia, es buscar un padre a la criatura, esconder al bebé y organizar la boda, aunque el seleccionado sea alguien que apenas conoce a la chica y niega haber mantenido relaciones con ella.
Sofia es un misterio para el espectador y aparentemente también para ella misma: no se puede intuir lo que quiere, asiste a todo el proceso casi como si no fuera con ella, dando los pasos que se espera sin que parezca afectarle cambiar de estado civil o tener que hacerse cargo de un niño, situación que acepta sin inmutarse como si todo estuviera confabulado para que sepa afrontarla.
Sin hacer de Sofia una víctima –lo que a la vista del desarrollo de los acontecimientos sería terriblemente injusto- la realizadora denuncia la condición de la mujer en Marruecos, y las trabas que impiden su total libertad en una sociedad patriarcal donde imperan las conveniencias y la hipocresía –la mujer del César tiene que parecerlo aunque no lo sea- y donde casi todo, incluida la hipoteca del futuro de una vida, tiene precio.
Retrato de una sociedad amoral acostumbrada a comprar todo, desde la policía hasta un marido.



