La audiencia comienza a castigar al programa que presentaba Cintora en Cuatro, después de su fulminante silenciamiento. No hubo explicaciones para acallar al periodista y las redes sociales se movilizaron en contra de Mediaset ante tan elocuente ejecutoria de censura política, en la que posiblemente hayan intervenido los dos partidos hasta ahora mayoritarios.
Han bastado unos días sin Jesús Cintora para que Las Mañanas se resintieran en seguimiento, beneficiando con ello al programa de la competencia, Al rojo vivo, que a pesar de no contar con la presencia del presentador titular -García Ferreras- arrojó el pasado martes un balance de share a su favor, mínimo pero significativo: 10.2% frente a 10.1%. El pasado 27 de marzo, fecha en que fue defenestrado Cintora y con éste todavía al frente del programa, Las Mañanas mantenían un 13.2% frente a un 11.7% de Al rojo vivo, porcentajes que el pasado lunes se fijaron un 11.9% frente a un 11.7%, respectivamente, hasta llegar a los del martes, ya favor del programa de La Sexta.
Cabe por lo tanto la posibilidad de que con su presentador titular Al rojo vivo siga superando a Las Mañanas, dirigido y presentado ahora por Javier Ruiz, extertuliano de este programa. Desconozco si la medida adoptada contra Cintora ha tenido alguna repercusión entre sus colaboradores en el estudio, pero si todos se mantienen como tales habrá que pensar que todos asumen como una decisión específicamente empresarial, ajena a presiones políticas, la que acabó con Jesús Cintora como director y presentador del programa. Sé que tanto sor Lucía Caram como Miguel Ángel Revilla, tertulianos asiduos, expresaron su malestar por la decisión de Mediaset.
Lo que ignoro hasta ahora es si se han conformado con eso, porque entonces sería la suya excesiva conformidad y hasta falta de coherencia con sus primeras declaraciones.
