Conocí a Amos Oz (Jerusalén, 1939) en 2004 cuando lo entrevisté a raíz de la publicación de su libro de memorias “Una historia de amor y oscuridad”, unas memorias en forma de novela que rastrean los orígenes de varias generaciones de la familia del escritor, que le inculcó su pasión por los libros, en las que cuenta su vida en un kibutz (“la versión moderna de una gran familia”, según su propia definición) y terminan con el episodio de suicidio de su madre cuando era un adolescente.
Después, Amos Oz se fue del hogar familiar huyendo de un padre “burgués de derechas” para ejercer en libertad sus ideas izquierdistas.
Esa biografía es también, en buena medida, la historia del nacimiento del Estado de Israel y de algunos de sus hitos, así como un recuento de la diáspora del pueblo judío y del Holocausto.
“Una historia de amor y oscuridad” es una de las mejores novelas autobiográficas, escrita utilizando una minuciosa labor de reconstrucción de la memoria, cuya lectura resulta instructiva y gratificante.
Aquella conversación con Amos Oz y la novela de su vida me llevaron a interesarme por su obra anterior y posterior, ensayos de literatura (“La historia comienza”) y de política (“Israel, Palestina y la paz”), testimonios como “Voces de Israel” y novelas como “La caja negra”, “No digas noche”, “Una pantera en el sótano”, “Judas”… una narrativa por la que fue galardonado en 2007 con el premio Príncipe de Asturias de las Letras y por la que cada año se barajaba su nombre como candidato al Premio Nobel de literatura.
Amos Oz se formó en la Universidad hebrea de Jerusalén y cursó también algunos estudios en la Universidad de Oxford. A pesar de que participó como soldado en la Guerra de los Seis Días en 1967 y en la del Yom Kipur en los años setenta, es conocida su postura pacifista, que puso en práctica con otros intelectuales al fundar el movimiento Shalom Ajshav (Paz Ahora): “Para mí, lo contrario de la guerra es la paz, no el amor, y si mi país volviera a estar en grave peligro, volvería a combatir”, dijo al diario “El País” durante una visita a España en 1989.
Aquella vez, en un debate con Juan Benet sobre “El escritor, entre la literatura y la ideología”, dijo que es una aberración hablar sobre “territorios liberados” tras la Guerra de los Seis Días, porque los liberados son las personas y no los territorios.
Su ideario político de izquierdas le llevó a condenar los asentamientos judíos y las operaciones militares del ejército israelí en Gaza y Cisjordania y a manifestarse por la creación de un estado palestino independiente. Amos Oz fue profesor de Literatura en la Universidad Ben Gurion de Beershiva.