Niñas con diez años: el rostro del futuro

La educación de las niñas es la mejor inversión del mundo

El Fondo de Naciones Unidas para la Población (UNFPA) estima que en el mundo viven hoy unos 125 millones de niños que tienen diez años. Entre ellos, algo más de 60 millones son niñas. 

unfpa-informe-2016-600x449 Niñas con diez años: el rostro del futuro
UNFPA, portada del informe 2016

Los países en desarrollo solo podrán prosperar si mejoran las condiciones de sus niñas, cuyo potencial se malgasta frecuentemente, según el informe anual del UNFPA, publicado el 20 de octubre de 2016. Si se las apoya en la infancia, esas niñas se convertirán en motores del desarrollo económico de sus países, subraya el Fondo.

“En algunas regiones del mundo –explica el director ejecutivo del UNFPA, Batabunde Osotimehin– una niña de diez años, en la puerta de la adolescencia, ve posibilidades infinitas y empieza a hacer cosas que influirán en su educación, más tarde, en su vida personal y profesional. En otros lugares, en cambio, las perspectivas de una niña de diez años son muy limitadas. Cuando entra en la pubertad, su familia, su comunidad, las normas sociales y culturales, las instituciones y las leyes discriminatorias se cruzan en su camino”.

Como prueba de ese potencial malgastado, los países en desarrollo – donde vive el 90 % de las niñas de diez años- acumularían un “dividendo” de 21 000 millones de dólares anuales si todas acabaran sus estudios secundarios. El UNFPA cita a los países árabes y el Africa subsahariana –donde vive el 70 % de las niñas de diez años- como los peores en términos de escolarización de las niñas, sobre todo en la enseñanza secundaria. En total “16 millones de niñas de entre 6 y 11 años no irán nunca a la escuela”, el doble que en el caso de los chicos.

El niño tipo

Actualmente, el “niño tipo” de diez años vive en un país en vías de desarrollo, el 89 % de ellos habitan en las regiones menos avanzadas del mundo; la mitad en Asia y el Pacífico, y especialmente en China e India. Uno de cada cinco vive en uno de los 48 países que Naciones Unidas define como “los menos avanzados” (34 en Africa subsahariana, 13 en Asia y Pacífico y 1 en América Latina y el Caribe).

Según UNICEF, 230 millones de niños menores de cinco años no tienen certificado de nacimiento, lo que en el futuro le supondrá problemas a la hora de ir a la escuela y acceder a los servicios sociales, encontrar trabajo o heredar.

Cerca de 35 millones de niñas que hoy tienen 10 años viven en países donde no existe igualdad entre los sexos. Seis de cada diez niñas viven en países que tienen normas discriminatorias. Por comparación con sus hermanos, esas niñas tienen menos posibilidades de completar la escolaridad, están más expuestas al riesgo de trabajar y al de que las casen antes llegar a los 18 años, cuando no de sufrir la mutilación de sus genitales, así como de padecer violencia conyugal y complicaciones relacionadas con el embarazo.

 

Riesgo de violencia

Entre las soluciones para terminar con las desigualdades, el UNFPA propone ayudar económicamente a las familias  que se comprometan a escolarizar a sus niñas y entregarles bicicletas para que puedan acudir al colegio. Por otra parte, el UNFPA señala que la ausencia de instalaciones sanitarias hace que en muchos lugares las niñas no vayan a la escuela los días en que menstrúan.

“Lo que está en juego es la reducción de la pobreza”,  dice el informe que pide que en todos los países se establezcan los 18 años como edad mínima para el matrimonio “para evitar que las adolescentes  abandonen la escuela cuando las casan”.

Los autores del informe recuerdan que las niñas están expuestas « a la violencia, prácticamente en todas partes: cuando van a buscar agua o leña, en el camino a la escuela o al mercado, e incluso en clase. Si las niñas de diez años no constituyen una prioridad, en 15 años constataremos que una vez más hemos fracasado con una generación de niñas  (…) y ninguna excusa podrá justificar ese fracaso ».

En 2030, las niñas que hoy tienen diez años tendrán 25. Serán unas jóvenes autónomas que podrán cambiar el mundo. Pero, para conseguirlo, primero el mundo habrá tenido que cambiar para ellas. “Tenemos –se lee en el informe- muchas razones para situar a las niñas en el centro de ese proceso cuyo objetivo es no dejar a nadie por el camino.

El potencial de las niñas de 10 años

Para mejorar las perspectivas de futuro de esas niñas es imperativo que reciban una educación de calidad así como información sobre salud sexual adecuada a su edad, que desaparezcan los matrimonios infantiles, que se creen programas para prevenir y combatir la violencia sexista, y que reciban una alimentación apropiada. Invertir hoy en programas de apoyo a las niñas de diez años es una forma de luchar para evitar que cuando lleguen  a la edad adulta se encuentren con alguno de los problemas acuciantes de hoy, como la pobreza, la exclusión y las enfermedades crónicas.

Cada día, en el mundo casan a cerca de 47 700 niñas menores de 18 años, normalmente sin su consentimiento. En algunos países, la aparición de la primera menstruación significa que se la puede casar contra su voluntad. Por eso hay que establecer medidas que protejan a las niñas antes de la pubertad.

El centro internacional de investigación sobre las mujeres ha evaluado 23 programas de prevención de matrimonios de niñas llegando a la conclusión de que se han conseguido resultados satisfactorios en los casos en que existía una información previa y se habían creado redes de apoyo; el resultado es peor cuando se intenta resolver el problema de los matrimonios infantiles a gran escala, por ejemplo modificando algunas leyes. La realidad parece demostrar que los prograas que ayudan a las niñas de familias modestas a continuar la escolaridad reducen la incidencia de los matrimonios forzados.

La comunidad internacional ha asumido una serie de compromisos al respecto, en el marco del Programa de desarrollo sostenible de la ONU para el horizonte de 2030, que firmaron los 193 países de Naciones Unidas en 2015.

Para los próximos quince años, el programa ha estableciso 17 objetivos de desarrollo sostenible y 169 objetivos.  Por primera vez en la historia, el programa para el horizonte 2030 compromete explícitamente a todos los países a no dejar a nadie al margen del camino al desarrollo.

 

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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