Obama deja en Cuba un mensaje de paz y democracia

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, finalizó este martes 22 su visita a La Habana con llamados a la reconciliación entre cubanos de dentro y fuera del país, a superar la política de guerra fría y a que sea su propia población la que impulse cambios internos, informa Ivet González (IPS) desde La Habana.

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Obama pronuncia su discurso al pueblo cubano. Foto Jorge Luis Baños/IPS

El gobernante fue despedido en el aeropuerto internacional José Martí por el presidente Raúl Castro, quien lo agasajó la noche anterior con una cena de gala en el Palacio de la Revolución, después de sostener conversaciones oficiales en que huésped y anfitrión recalcaron su decisión de continuar trabajando por la normalización plena de las relaciones bilaterales, tras medio siglo de hostilidades.

Obama inició su tercera y última jornada en la nación caribeña con un discurso radiotelevisado en vivo a todo el país desde el recién remozado Gran Teatro de La Habana «Alicia Alonso» , al que siguió una reunión con varios conocidos opositores que actúan sin reconocimiento legal.

Antes de partir hacia Argentina, presenció un partido de béisbol acompañado del presidente Castro.

Estudiantes universitarios, artistas, representantes de organizaciones religiosas, fraternales y de la sociedad civil, entre otros, fueron invitados a escuchar el discurso de Obama al pueblo de Cuba.

Para sorpresa del auditorio que se puso de pie y ovacionó, asistió al encuentro una comitiva gubernamental encabezada por el propio Castro, y el primer vicepresidente, Miguel Díaz-Canel.

Obama salpicó su discurso con historias de vida y frases en español, populares en el país y de la tradición literaria, como «un saludo de paz», «creo en el pueblo cubano», «el cubano inventa del aire» (hace cosas de la nada)», «sí se puede» (lema de su primera campaña) y «cultivo una rosa blanca», un verso del héroe local José Martí (1853-1895).

Tocó la historia, personalidades, artistas y deportistas que unen a ambos países. «Estados Unidos está restableciendo relaciones con el pueblo cubano», remarcó en su alocución que dedicó un espacio para hablar de las divergencias. «No podemos ni debemos obviar las diferencias que tenemos», insistió.

«El futuro de Cuba tiene que estar en las manos del pueblo cubano», señaló en español, tras asegurar que estaba apelando a los jóvenes del país.

Las palabras democracia, libre expresión, libertades individuales, derecho a la organización y manifestación pacífica, voto directo y mercado abierto, conformaron el cóctel de cambios que el gobernante estadounidense dijo desear para todas las personas, incluso la población de 11,2 millones de habitantes de esta nación caribeña.

«No debe temer las voces diferentes del pueblo cubano», dijo a su presente anfitrión, si bien también quiso dejarle claro que su su visita de tres días a Cuba era el de «enterrar los últimos vestigios de la Guerra Fría en las Américas».

Valoró un alto potencial en el país por su sistema educativo igualitario y acceso universal a los servicios de salud. Pero insistió en que Cuba no «va a alcanzar su potencial» sin hacer cambios internos como más facilidad para las empresas, acceso a Internet y eliminar la doble moneda.

La comunidad cubanoamericana y la necesidad de reconciliación entre las y los cubanos fuera y dentro de la isla aderezaron el discurso, interrumpido en ocasiones por los aplausos del público, donde Obama aseguró apelar a la juventud cubana, en momentos que a su juicio el país vive una transición generacional.

Fue un buen discurso, que a los cubanos les va a llegar. El contexto es distinto y los jóvenes somos más abiertos a escuchar», dijo a IPS la joven Claudia Jáuregui, una estudiante universitaria de 21 años, que asistió al encuentro por invitación.

En tanto, el gran maestro masón Lázaro Cuesta opinó que «los jóvenes tienen ventaja ante estos temas que los más adultos, que vivimos de manera directa los desencuentros, los contratiempos, las dificultades y las incomprensiones», en alusión a los huellas en la vida de las personas de la etapa más dura del enconado diferendo de más de medio siglo.

Los jóvenes a los que se dirigió Obama representan actualmente 26 por ciento de la población cubana y tienen sobre sus hombros el peso de aportar fuerza laboral para la actual reforma económica y, en el futuro cercano, garantizar el cuidado de un pueblo que envejece aceleradamente.

Se prevé que en 2050 Cuba sea el noveno país del mundo en cuanto a su nivel de envejecimiento por persona, con 33,2 por ciento de su gente en la tercera edad.

La escritora Yasmín S. Portales, otra invitada al acto en el Gran Teatro, estimó que ahora «la pelota está del lado de Cuba, de su gobierno y de su pueblo», sobre la necesidad de lograr mejorías en el país que vive una profunda crisis económica desde hace más de 20 años.

Obama puso especial acento en sus encuentros con la sociedad cubana, postura que algunos activistas observaron con cierto distanciamiento.

«Los verdaderos intereses (de Washington) son económicos y geopolíticos, dada la estratégica ubicación de Cuba y también las relaciones con Rusia», aseguró a IPS el promotor ambiental Isbel Díaz.

A su juicio, «Obama responde también a intereses y presiones en EEUU que le exigen al menos legitimar al sector independiente cubano en su visita».

«Por supuesto, solo tendrá un valor simbólico, pero no logrará beneficio directo alguno para las personas o colectivos independientes acá. Mucho menos logrará que el gobierno cubano los reconozca o respete como debiera», sopesó el integrante del Grupo Observatorio Crítico de Cuba, que carece de reconocimiento jurídico en el país.

Al investigador Ariel Dacal, integrante del Centro Martin Luther King, una organización ecuménica con estatus legal, le parece más interesante preguntarse «quiénes esperan el mensaje (de Obama) y qué hacen con él» en la nación caribeña.

Destacó que «lo fundamental es que el tema Obama es comidilla en la sala de la casa, eso dice mucho de a dónde puede llegar políticamente su mensaje». No pocos residentes de la capital cubana buscaron infructuosamente la manera de acercarse a saludar al gobernante estadounidense a su paso por la ciudad.

El estadista viajó acompañado de su familia y numerosos legisladores y empresarios. Con su visita, el gobernante remarcó la nueva política hacia Cuba, que cierra más de medio siglo de mutuas hostilidades y desencuentros.

Los dos países restablecieron en julio de 2015 las relaciones diplomáticas rotas por Washington en 1961, después de iniciar una era de deshielo bilateral en diciembre del año anterior.

  1. Con aportes de Patricia Grogg, desde La Habana.
  2. Editado por Estrella Gutiérrez
  3. Publicado inicialmente en IPS Noticias
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