La ola de calor que afecta Europa esta semana y amenaza la capa de hielo de Groenlandia es una muestra de la relación entre el calentamiento global causado por el hombre y episodios cada vez más fuertes de temperaturas extremas que ponen en riesgo la salud de millones de personas, señala la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Si las emisiones de efecto invernadero continúan aumentando, para mediados de siglo las temperaturas promedio de verano podrían ser hasta 4,5 grados más altas que ahora, afirmó la portavoz de la OMM, Claire Nullis.
“Las intensas y extensas olas de calor llevan la firma del cambio climático provocado por el hombre, en línea con los descubrimientos científicos. Las olas de calor fueron más frecuentes, y más intensas”, dijo.
Por segunda vez en menos de un mes una ola de calor generalizada afectó a Europa dejando innumerables récords de temperaturas máximas y mínimas, interrupciones del transporte e infraestructura y estrés en la salud de las personas y el medio ambiente.
Los países del Benelux experimentaron temperaturas de más de 40 grados, y París también registró récords de 42.6 grados. El Reino Unido vio el día más caluroso registrado en julio en toda la historia.
“Lo significativo fue que los registros se rompieron por dos, tres o cuatro grados, y no en la fracción usual de un grado. Los servicios meteorológicos nacionales emitieron muchas alertas de calor con el fin de proteger la salud de las personas”, agregó Nullis.
Un calor que se transporta al Ártico
La ola de calor en Europa fue causada por el aire caliente proveniente del norte de África.
Ese calor ahora se transportaría hacia Groenlandia, lo que provocaría altas temperaturas y contribuiría al derretimiento de las capas de hielo, donde recientemente se han perdido 160 000 millones de toneladas de su superficie.
“Esto trae implicaciones para la extensión del hielo marino del Ártico, que ahora está casi en su nivel más bajo registrado. El de 2012 había sido el más bajo de todos los tiempos”, aseguró la portavoz.
La ola de calor de julio sigue a otra inusualmente temprana y excepcionalmente intensa en junio, que estableció récords de temperatura en Europa y aseguró que el mes de junio fuera el más caluroso registrado en el continente, con una temperatura promedio de 2 ° C por encima de lo normal.
Junio también fue el junio más caluroso registrado a nivel mundial, con graves incendios forestales en el Ártico.
Conexión científica entre cambio climático y olas de calor
“Las olas de calor son consistentes con el hallazgo científico que muestra evidencia de eventos de calor más frecuentes, prolongados e intensos, ya que las concentraciones de gases de efecto invernadero llevan a un aumento de las temperaturas globales”, aseguró Johannes Cullmann, director del Departamento de Clima y Agua de la OMM.
Cada ola de calor que se produce en Europa hoy en día se hace más probable y más intensa por el cambio climático inducido por el hombre.
«Las observaciones muestran un aumento muy grande en la temperatura de estas olas de calor. En la actualidad, se estima que este evento ocurre con un período de retorno de 30 años, pero las olas de calor frecuentes también fueron aproximadamente 4ºC más frías hace un siglo. En otras palabras, una ola de calor tan intensa se está produciendo al menos 10 veces más frecuentemente hoy que hace un siglo”, asegura un estudio publicado por científicos en World Weather Attribution citado por la OMM.
En su Quinto Informe de Evaluación (2014), el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático dice que “es muy probable que la influencia humana haya contribuido a los cambios observados a escala global en la frecuencia e intensidad de las temperaturas diarias extremas desde mediados del siglo XX. «Es probable que la influencia humana haya más que duplicado la probabilidad de ocurrencia de olas de calor en algunos lugares».
Mientras que en su informe de 2018 sobre el calentamiento global de 1,5°, el IPCC dijo que los riesgos relacionados con el clima para la salud, los medios de vida, la seguridad alimentaria, el suministro de agua, la seguridad humana y el crecimiento económico que se proyectan aumentarán con un calentamiento global de 1,5 ° y aún más si se llega a 2° C.
“La limitación del calentamiento a 1,5° C en lugar de 2° podría resultar en 420 millones de personas menos expuestas a fuertes olas de calor”, expresa ese informe.
Entre 2000 y 2016, se estimó que la cantidad de personas expuestas a las olas de calor aumentó en alrededor de 125 millones de personas, ya que su duración promedio fue de 0,37 días más, en comparación con el período comprendido entre 1986 y 2008, según la Organización Mundial de la Salud.