La Fundéu señala que tanto comprador compulsivo como adicto a las compras son alternativas en español para lo que en inglés se conoce como shopaholic.
En los medios de comunicación pueden encontrarse ejemplos del uso del anglicismo: «Su chica, con pasta de shopaholic y ojo entrenado, liquidó la compra en lo que dura una ducha» o «Esta avenida de Shanghái es lo más para un shopaholic».
El termino inglés shopaholic está formado por shop (que significa ‘tienda’ o, como verbo, ‘comprar’) y alcoholic, y expresa la idea de la adicción a las compras; para referirnos a este mismo concepto en español puede emplearse comprador compulsivo. Para la actividad puede hablarse decompra compulsiva o adicción a las compras.
De este modo, en los ejemplos anteriores podría haberse escrito mejor «Su chica, con pasta de compradora compulsiva y ojo entrenado, liquidó la compra en lo que dura una ducha» y «Esta avenida de Shanghái es lo más para un adicto a las compras».
En psicología se emplea oniomanía, recogida en el diccionario de Alemany y Bolúfer, de 1917, con el significado de ‘impulso morboso que mueve a ciertos individuos a hacer compras sin necesidad alguna’. En esta misma obra se incluye la variante oneomanía, del griego onéomai (‘comprar’) y el elemento manía. A partir de este término especializado se forma oniomaníaco u oniomaniaco (ambas acentuaciones son válidas) para referirse a la persona que sufre de oniomanía.
Dado que estas voces están bien formadas en español no necesitan destacarse con comillas ni cursiva.