Países de América Latina y África lanzan el Desafío del Agua Dulce

La mayor iniciativa jamás hecha para restaurar ríos, lagos y humedales degradados fue lanzada por seis países de América Latina y África este jueves 23, en el marco de la Conferencia de las Naciones Unida sobre el Agua, informa la IPS desde Naciones Unidas.

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Pescadores en el río Congo. La República Democrática del Congo, junto a otros países de África y América Latina, han lanzado el Desafío del Agua Dulce, para proteger 300 000 kilómetros de ríos y 350 millones de hectáreas de humedales. Foto: Axel Fassio/Cifor-Pnuma

Colombia, Ecuador, Gabón, México, la República Democrática del Congo y Zambia encabezan el Desafío del Agua Dulce, cuyo objetivo es restaurar trescientos mil kilómetros de ríos y 350 millones de hectáreas de humedales, una superficie mayor que la de India, desde ahora hasta el año 2030.

Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), resaltó ante la conferencia que «los ríos, lagos y humedales sanos son la base de nuestras sociedades y economías, y aun así son infravalorados y desatendidos de manera sistemática».

«Aunque los países ya se han comprometido a restaurar mil millones de hectáreas de tierras, el Desafío constituye un primer paso decisivo para centrar la atención y los esfuerzos tan necesarios en los ecosistemas de agua dulce», añadió Andersen.

El Desafío se centrará en diseñar y aplicar –de manera eficaz, subraya la iniciativa- las medidas de restauración, identificar las áreas prioritarias que deben ser restauradas, actualizar las estrategias y planes nacionales, y movilizar recursos y establecer mecanismos financieros para cumplir con las metas propuestas.

Por ejemplo, en Colombia, «esta iniciativa se articula con las prioridades del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026», declaró su ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, en la conferencia que debe concluir este viernes 24.

La iniciativa «permitirá al país fortalecer su ordenamiento territorial del recurso hídrico, protegiendo todos los sistemas hídricos desde una perspectiva del agua como recurso común y derecho humano fundamental», dijo Muhamad.

También Martha Delgado Peralta, subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de México, dijo que su país asume «compromisos más ambiciosos, entre ellos el de conservar, proteger y restaurar las cuencas hidrológicas desde un enfoque ecosistémico».

«Tenemos que desarrollar estrategias de manera integral para garantizar la disponibilidad de suficiente agua de calidad, tanto para los humedales como para el uso y consumo humanos», agregó Delgado Peralta.

Los seis Estados promotores instan a todos los demás países a «comprometerse con objetivos claros» al actualizar sus planes nacionales en materia de diversidad biológica y en los de restauración de ecosistemas de agua dulce, en sintonía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.

En el ODS6, Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos, la meta 6.6 plantea «proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos los bosques, las montañas, los humedales, los ríos, los acuíferos y los lagos».

Según el Pnuma, unos cuatro mil millones de personas, la mitad de la población mundial, sufren una grave escasez de agua al menos durante un mes cada año, y 2300 millones de personas viven con estrés hídrico (demanda de agua superior a la disponible).

También indicó que cerca de 75 por ciento de todos los desastres naturales ocurridos en años recientes guardan relación con el agua, incluidas las inundaciones, las sequías y las tormentas.

Esos desastres han destruido vidas y medios de subsistencia, afectado a millones de personas y causado daños económicos por setecientos mil millones de dólares en los últimos veinte años.

Stuart Orr, líder en materia de agua dulce en el Fondo Mundial para la Naturaleza, dijo en la conferencia que «la señal más clara del daño que hemos hecho y seguimos haciendo a nuestros ríos, lagos y humedales es el alarmante colapso de 83 por ciento de las poblaciones de especies de agua dulce desde 1970».

El Desafío «establece los objetivos y marcos adecuados para invertir esta tendencia, en beneficio no solamente de la naturaleza, sino también de las personas de todo el mundo. Necesitamos que los gobiernos y las partes asociadas asuman con urgencia este compromiso», sostuvo Orr.

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