Se llamaba Teresa Aracely Alcocer, pero todo el mundo la conocía como Bárbara Greco. Era locutora de radio en La Poderosa, en Ciudad Juárez (Chihuahua), tenía 37 años, y le arrebataron la vida de dos balazos el pasado 18 de febrero de 2020. Es la tercera víctima en lo que va de año.
Su labor en la emisora no estaba relacionada con ningún tipo de información comprometida, de denuncia o “sensible”, por lo que, en principio, podría tratarse de un feminicidio. Su cometido era la sección de horóscopos. De hecho la propia Fiscalía Especializada en la Mujer (FEM) se ha hecho cargo de las investigaciones correspondientes para esclarecer el caso.
Nosotros, mientras no se aclare el asunto, si es que se aclara alguna vez, vamos a contabilizar el suceso por su profesión.
Porque la violencia contra los periodistas no cesa en México. Al día siguiente del asesinato de Bárbara, un grupo de personas entró en un bar de Cuernavaca (Estado de Morelos), mataron a un empleado y secuestraron a Adrián Fernández Guerra, director de la revista Perfil, dedicada a temas políticos. Por suerte, consiguieron liberarlo.
El Gobierno de Cuernavaca informó de que tras un operativo encabezado por elementos de la Unidad Especializada en Combate al Secuestro (UECS) de la Fiscalía General del Estado (FGE) de Morelos, fue rescatado en una casa ubicada en el municipio de Jiutepec, a unos once kilómetros.
El pasado año, en este país asesinaron a catorce comunicadores y las agresiones son múltiples. Solo en Chiapas, en los últimos seis meses del año nueve periodistas sufrieron violencia, según informó en su momento la Organización Artículo 19.
En 2018 fue el mismo número y en 2017, doce. Desde el año 2000 a día de hoy, incluyendo a Bárbara, son ya 117 los hombres y mujeres que denunciaban tropelías y que ya no podrán hacerlo más. Algunos de ellos eran beneficiarios del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.
La vida de un periodista en México no vale nada, y está condimentada con la impunidad y la desidia de quienes deberían hacer su trabajo. Para más inri, cuando dicen que han resuelto un caso, en especial si es en tiempo récord, es casi seguro que han detenido a cualquiera y le han endosado “el muerto”. Hacer justicia queda en segundo plano.
[…] https://periodistas-es.com/periodistas-asesinados-en-mexico-barbara-greco-140462 […]