Nos alentamos. Nos presentimos. Nos corregimos. Nos deseamos. Nos hemos volcado en lo más admirable.
Nos consentimos. Nos dedicamos a ser en los tramos más reales, en los genuinos, en los propios de enamorados.
Nos soltamos. Nos consideramos. Nos aplicamos a resoluciones que añaden fuerzas. Nos implicamos.
Los hechos son de certeza. Nos sabe todo a miel. Hemos recordado que es posible. Nos aderezamos con pura empatía que nos lleva al punto de un eterno inicio.
Nos amoldamos con paciencia, desde la voluntad más imaginativa. Nos ilusionamos. Nos acercamos a la esencia. Somos auténticos. Por amor.