Los chinos son de las nacionalidades más supersticiosas del mundo. Por ejemplo, la numerología china dice que el número ocho es el más afortunado de todos, sobre todo cuando se le asocia al tres, seis y nueve.
Los jugadores chinos usan ropa interior roja porque se considera que hace que lluevan recompensas desde el cielo. Si van a apostar, nunca se ponen prendas de color negro y mucho menos mantienen sexo, porque les daría mala suerte en la mesa de juegos.
Aman apostar desde el inicio de su cultura, según ha quedado reflejado en libros, obras de arte y hasta poemas. Existen registros de que ya en el año tres mil antes de Cristo se apostaba dinero en China.
Ellos dicen que los juegos de azar complacen a dos de las tres bendiciones de la vida, que son la suerte, la prosperidad y la longevidad. Existen juegos de mesa como el mahjong, que se dice fue inventado por el sabio Confucio quinientos años antes de que naciera Cristo. Igualmente, apostar en peleas es una tradición que se pierde en el tiempo para esta cultura.
Entonces, ¿cómo se explica que China sea una de las naciones donde más estrictas son las regulaciones contra las apuestas, cuando estas son una norma social para ellos? En este artículo te lo contamos:
Las estrictas restricciones a los juegos de azar de cualquier tipo se relacionan con la llegada al poder del Partido Comunista Chino en 1949. Se argumentó que la moral se veía disminuida en aquellas personas que apuestan o participan en juegos de azar de manera pública, pero en privado es otra cosa.
El que hace la ley hace la trampa
En las calles hay apuestas clandestinas de cartas, mahjong o ajedrez chino. Los vecinos apuestan sigilosamente, a escondidas de la policía, lo cual parece añadir emoción al riesgo,
Durante todo el gobierno de Mao, se penalizó fuertemente a todos los apostadores.
Cuando Mao falleció en 1976, su sucesor Deng Xiaoping comenzó un proceso de reforma de país que vio la luz en 1978. Al fortalecerse la economía, y generar riqueza para la ciudadanía, esta retomó su amor por el juego.
¿Cómo lo han hecho? Aunque el Partido Comunista no ha dejado de lado sus constantes campañas sobre corrupción y vicios, producto de las cuales hay estrictas prohibiciones sobre el hecho de apostar, también se han creado maneras de burlarlas.
Los casinos ilegales y extranjeros están prohibidos terminantemente, a riesgo de prisión.
Aún cuando es ilegal apostar, la población considera que pueden jugar cosas como el mahjong, y lo hacen en lugares privados, para que nadie vea dinero junto a las fichas tradicionales de este juego.
Muchos reportan que los dados son un juego frecuente en los bares, y la apuesta no es por dinero, sino que el que pierde tiene que beber licor. También hay billares y futbolines en muchos sitios nocturnos.
En China se permiten las loterías, que en 2022 alcanzaron a vender alrededor de seis mil millones de dólares. Las estadísticas hablan por sí solas, 75 por ciento de los números de lotería se compran por internet.
Lo particular es que los fondos recaudados con estas loterías van directo a proyectos de bienestar público, gastos administrativos del gobierno, y para acumular diversos premios para algunos sectores de la población.
En las casas de las personas pudientes se destina una habitación al juego. Y otro lugar donde se dan las apuestas clandestinas son las casas de té, donde suelen haber un par de mesas para cartas, pero sólo para uso de clientes frecuentes y conocidos. Es un negocio que exige mucha discreción y hasta sobornos para la policía.
Hay reformas del gobierno para controlar el juego, sobre todo el online, con nuevas leyes, fomento de apuestas deportivas, sorteos rápidos y un impulso al juego por internet, pero siempre que se juegue en empresas chinas.
¿Por qué en Macao si se puede?
Macao, el centro del juego más grande del mundo, es el único territorio chino donde se permite el funcionamiento de los casinos, y en esta ciudad funcionan más de cuarenta grandes casinos con licencias de operación internacionales.
Cada cierto tiempo el gobierno chino aprieta las tuercas a la industria de las apuestas en Macao, pidiendo una diversificación de la economía.
Los chinos suelen formar grupos de apostadores y mandar a un representante a una jornada de apuestas representando al grupo.
Igualmente se han presentado una serie de historias que indican que antes de la última campaña en contra de la corrupción, parte de los clientes frecuentes en Macao eran funcionarios públicos activos, conocidos por apostar grandes sumas de dinero.
