Eduardo Matos Moctezuma recibirá este año el premio “Juan Crisóstomo Doria” que otorga la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo en el marco de la Feria Universitaria del Libro, en reconocimiento a sus aportaciones en los campos de la antropología y la arqueología.
Se le considera notable precursor de las excavaciones en el Templo Mayor, zona arqueológica ubicada en el corazón de la Ciudad de México, gracias a la cual se ha obtenido bastante información acerca de los antepasados prehispánicos.
Eduardo Matos nació en 1940 y estudió en la Escuela nacional de Antropología e Historia, ENAH. En 1959, esa escuela estaba ubicada en el Centro Histórico, en la calle Moneda, su paso cotidiano por el Zócalo.
Todavía como estudiante, empezó su trabajo de campo en sitios como Bonampak (selva Lacandona, Chiapas), Tlatelolco (gemela de Tenochtitlán), Teotihuacán (con el arqueólogo Jorge Acosta) y acabó orientando las exploraciones en Tula, en el Estado de Hidalgo. Su mayor desafío llegó con el hallazgo en 1978 del monolito de Coyolxauhqui, la diosa de la luna, para catapultarse al estudio del mundo mexica en el propio corazón del Templo Mayor.
En 1998 fue nombrado miembro de la Academia Mexicana de la Historia y es integrante de El Colegio Nacional (su discurso de ingreso Tríptico del pasado lo pronunció el 24 de junio de 1993) y del Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República de México en el área de Ciencias Sociales, Filosofía e Historia.
También es Doctor of Sciences Honoris Causa, de la Universidad de Colorado, 1989; Socium ab Epistolis (Socio Corresponsal) del Institutum Archaeologicum Germanicum (Instituto Arqueológico Alemán), y Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía en México en 2007; además es autor de más de ocho libros de diversos géneros basados en sus hallazgos arqueológicos.
El profesor Matos ha recibido múltiples reconocimientos nacionales e internacionales, como la Medalla «Henry B. Nicholson» por el Archivo Mesoamericano y el Museo de Arqueología de la Universidad de Harvard en 2002; la Medalla «Benito Juárez”, por la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística; Chevalier dans l’Ordre des Palmes Académiques en 1981; Chevalier de l’Ordre National du Mérite en 1982 concedidos por el Departamento de Arte y Letras del Gobierno de Francia; la Orden de Andrés Bello, grado de Corbata de Segunda Clase de Venezuela en 1988.
Desde el 26 de junio de 2014 es miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua para ocupar la silla XV. Lo propusieron el profesor Miguel León-Portilla (filósofo e historiador), Concepción Company Company (nacida en Madrid en 1954) y Fernando Serrano Migallón (abogado, economista e historiador). Tomó posesión de su cargo el pasado 15 de mayo con el discurso “El decir de las piedras”, leído en la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología y respondido por Miguel León-Portilla. Estos son los méritos que hacen del doctor Matos el receptor idóneo del premio “Juan Crisóstomo Doria” a las Humanidades
¿Quién fue Doria?
Juan Crisóstomo Doria fue el primer gobernador del Estado de Hidalgo. Asumió las responsabilidades de tal entidad constituida en el año de 1869, durante la época en que gobernó Benito Juárez (1858-1872). El Congreso designó gobernador a Doria tras haber tenido una larga carrera como militar y abogado; ya era famoso por sus lances contra las fuerzas del emperador Maximiliano y haberlos puesto pies en polvorosa durante la batalla de Querétaro (1867), en situación por demás desventajosa en cuanto a elementos y armas.
Doria era valeroso, pues contaba sólo con 240 soldados mientras que los imperialistas en esa batalla —comandada por el mismísimo Maximiliano—- disponían de más de 2000 hombres y de todas las armas, cuentan las crónicas. Su mandato fue corto, de enero a mayo, pero sentó las bases para que el Estado de Hidalgo tomara el perfil que aún ostenta como centro de una región vigorosa y cuna de héroes. El joven militar y político tenía sólo 30 años cuando murió.
Juan C. Doria, fue un devoto de la cultura y la educación y, a pesar de su corto periodo en el gobierno, inauguró el Instituto Literario y Escuela de Artes y Oficios, génesis de la hoy magna Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.