Amnistía Internacional informa de que las personas refugiadas sirias no puedan acceder a la atención médica y otros servicios fundamentales en Jordania debido al inadecuado apoyo de la comunidad internacional combinado con los obstáculos interpuestos por el gobierno de Jordania.
En el informe «Vivir en los márgenes: Las personas refugiadas sirias en Jordania y su lucha por acceder a servicios de salud», Amnistía presenta casos de personas refugiadas necesitadas de atención de urgencia por heridas sufridas durante el conflicto en Siria que fueron devueltas en la frontera con Jordania, y en algunos casos, murieron a consecuencia de las heridas.
El informe pone también de manifiesto que muchas personas refugiadas sirias que viven fuera de los campos de refugiados no pueden costearse el pago de la atención médica desde la entrada en vigor de las nuevas tasas impuestas por las autoridades en noviembre de 2014 o carecen de los documentos necesarios para tener derecho al acceso a la atención de la salud.
“La inmensa mayoría de las personas refugiadas sirias que están en Jordania viven fuera de los campos de refugiados, en zonas urbanas y en la pobreza. Los largos procedimientos burocráticos y las tasas adicionales para atención médica suponen enormes obstáculos para quienes necesitan tratamiento médico. Aunque las tasas de usuario impuestas por Jordania no parezcan elevadas, son inasequibles para la mayoría de las personas refugiadas, que luchan para alimentar a sus familias, e imposibilitan a muchas el acceso a una asistencia que necesitan de forma crítica», ha dicho Sherif Elsayed-Ali, jefe del Equipo sobre Derechos de Personas Refugiadas y Migrantes de Amnistía Internacional.
“Si hubiera más apoyo internacional en forma de más lugares de reasentamiento para las personas refugiadas y ayuda económica, la diferencia sería enorme, pues esto permitiría a las autoridades jordanas reforzar el sistema de salud y eliminar los obstáculos que impiden que los refugiados sirios accedan a una atención médica crucial.»
Al acabar 2015, sólo se habían cubierto el 26 por ciento de las necesidades de financiación para servicios de salud del Plan de Respuesta de Jordania para la Crisis de Siria.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), al menos el 58,3 por ciento de los adultos sirios con enfermedades crónicas no puede acceder a medicinas u otros servicios de salud.
Aproximadamente 117.000 personas refugiadas sirias viven en tres campos donde tienen acceso a programas de remuneración a cambio de trabajo, educación, servicios de salud, agua y comida proporcionados por la ONU y organizaciones nacionales e internacionales. Sin embargo, la mayoría de las 630.000 personas refugiadas sirias registradas por ACNUR no viven en campos de refugiados y necesitan documentos específicos, como la tarjeta que expide el Ministerio del Interior para acceder a los servicios públicos. Las que se han marchado de los campos sin pasar por los trámites oficiales o han vuelto a entrar a Jordania tras haber regresado a Siria no tienen derecho a recibir estos documentos y por consiguiente no pueden acceder a los servicios públicos, lo cual las hace depender de la ayuda humanitaria o de donantes particulares.
Incluso en el caso de las personas refugiadas sirias que tienen derecho a acceder a la atención médica, ésta puede resultar inasequible para muchas, que se ven obligadas a elegir entre pagarla o cubrir otras necesidades básicas para sus familias.
“Aunque es innegable que Jordania soporta una enorme presión al acoger a cientos de miles de personas refugiadas de Siria con un limitado apoyo internacional, las autoridades no pueden hacer caso omiso de su obligación de garantizar que todas las personas pueden acceder a servicios de salud», ha dicho Sherif Elsayed-Ali.
Reasentamiento
El informe de Amnistía Internacional se publica en vísperas de la reunión organizada por ACNUR el 30 de marzo de 2016, en la cual se invitará a los Estados a comprometerse a ofrecer plazas de reasentamiento y y vías alternativas para la admisión de personas refugiadas sirias. Es una oportunidad para que los gobiernos demuestren su solidaridad con los cinco países que albergan a más de 4,8 millones de personas refugiadas de Siria y para que ofrezcan una esperanza a personas que la necesitan.
Hasta ahora la comunidad internacional se ha comprometido a ofrecer sólo 178.195 plazas de reasentamiento a los refugiados sirios. Amnistía Internacional pide que al menos 480.000 de las personas refugiadas más vulnerables –entre ellas las que presentan discapacidades, enfermedades crónicas o heridas– de los cinco principales países de acogida sean reasentadas en un tercer país seguro.
“Las ofertas de la comunidad internacional para hacerse cargo de personas refugiadas a través del reasentamiento y otras formas de admisión humanitaria siguen siendo lamentablemente insuficientes. El mundo no debe desaprovechar esta oportunidad de cambiar las vidas de personas refugiadas sirias que necesitan atención médica con urgencia, y debe utilizar la conferencia del 30 de marzo para incrementar significativamente la cantidad de plazas de reasentamiento que se ofrecen a unos refugiados que lo necesitan desesperadamente», ha afirmado Sherif Elsayed-Ali.