El joven periodista Bahi Breika fue atacado por un grupo de personas vinculados a los servicios de inteligencia marroquíes el pasado viernes 28 de febrero, en un barrio de la capital saharaui, El Aaiún, según informó RASD TV.
Breika fue objeto de una brutal agresión, cuando fue secuestrado por agentes de la policía marroquí vestidos de civil, y luego sometido a torturas con golpes en cuello, espalda y caderas además de recibir insultos y amenazas de muerte.
Se trata de una nueva violación flagrante de los derechos fundamentales y de la libertad de expresión en el territorio saharaui, que controla Marruecos, con ataques a periodistas.
En el mismo contexto, el equipo de RASD TV en El Aaiún expresó su enérgica condena y denuncia lo ocurrido a este colaborador de su equipo, Bahi Breika, así como expresa su ″enérgico rechazo a este cobarde ataque”.
El periodista saharaui Bahi Breika, que colabora a través de una red social donde elogia la lucha del pueblo saharaui por la independencia, subrayó que lo sucedido no le disuadirá de continuar su lucha legítima, sino que aumentará su determinación e insistencia en defender el derecho del pueblo saharaui a la libertad y la autodeterminación.
Del mismo modo, hizo un llamamiento a las organizaciones internacionales de derechos humanos y a todos los saharauis para que muestren su solidaridad tras esta terrible experiencia.
El medio televisivo saharaui destacó la necesidad de proteger a los periodistas y medios de comunicación y pidió a las organizaciones internacionales de derechos humanos pertinentes, especialmente a Reporteros sin Fronteras (RSF), que ya ha realizado informes al respecto, que exijan que se adopten ″medidas prácticas para exigir cuentas a nivel internacional” a los responsables de estos ataques.
Recuerdan que la protección en este caso está sujeta a las disposiciones del derecho internacional humanitario a través de las Convenciones de La Haya de 1899-1907, las Convenciones de Ginebra de 1949 y los Protocolos Adicionales de 1977.
Del mismo modo, el equipo de Televisión Nacional Saharaui también pidió al Consejo de Seguridad y a las Naciones Unidas que asuman sus responsabilidades y protejan a los defensores de los derechos humanos y a los profesionales de los medios de comunicación ″de la brutalidad del régimen de ocupación marroquí, con el fin de permitir que el pueblo saharaui ejerza su derecho inalienable a la independencia”.
La Asociación de Familiares y Presos y Desaparecidos Políticos (Afrapredesa) mostró su solidaridad con el periodista agredido.
RASD TV es la televisión oficial saharaui que emite desde los campos de refugiados de Tinduf. Se inició en 2004 pero las emisiones continuadas fueron a partir de 2009. Emite unas horas en español y varios de sus periodistas y colaboradores que ejercen en los territorios saharauis que ocupa Marruecos han pasado por cárceles marroquíes, al igual que otros de diferentes medios independientes saharauis.
Nueva expulsión en el Sáhara
Por otra parte, las autoridades marroquíes expulsaron el domingo 2 de marzo al secretario de Relaciones Internacionales de la central española Confederación General del Trabajo (CGT), David Blanco.
El sindicalista había llegado a Dajla en un vuelo procedente de Madrid, junto con el presidente del colectivo de reporteros saharauis Equipe Media, Ahmed Ettanji,
Blanco en su visita tenía como objetivo expresar su solidaridad con miembros de asociaciones saharauis y mantener una serie de encuentros con activistas, entre ellos Mohamed Anguiguiz, que había sido detenido días antes por las autoridades marroquíes durante ocho horas, por sus escritos en una red social recordando la fecha de creación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
También se reunieron con la familia de Lahbib Aghrichi, de 43 años, comerciante saharaui desaparecido en Dajla desde 2022 así como con miembros del Colectivo de Defensores de Derechos Humanos en el Sáhara Occidental (Codesa).
Asimismo, quería fortalecer el vínculo con los sindicatos saharauis, en un contexto de represión por parte marroquí a las actividades sindicales y de restricción de las libertades fundamentales.
Tras ser sometido a una vigilancia constante, tras irrumpir en su hotel, finalmente fue trasladado en un taxi hacia Agadir para ser deportado aunque no se emitió ninguna orden oficial de expulsión.
Durante este inicio de año han sido constantes las expulsiones de ciudadanos españoles del Sáhara, entre ellos, dos periodistas, dos miembros de una ONG, tres diputados del Parlamento vasco e incluso tres eurodiputadas entre las que se encontraba una española.