Siena coordina todo su potencial digital para ser capital europea de la cultura en 2019

Siena está viviendo una situación peculiar: una ciudad y un territorio que cuentan con cuatro sitios incluidos en la lista del patrimonio mundial de la Unesco, pero que ha venido aplicando un modelo de desarrollo de base cultural donde la institución bancaria se llevaba la parte del león aprovechando recursos semipúblicos, y que sufre actualmente por ello una grave crisis económica, situación que se quiere revertir con el proyecto de candidatura a Capital Europea de la Cultura 2019.

“La grave crisis económica –afirma Pier Luigi Sacco, director de la candidatura de Siena 2019– transforma a Siena en un laboratorio de cambio extraordinario, principalmente para Italia. Porque en un país donde es muy difícil propulsar una innovación sustancial, Siena precisamente quiere aprovechar a crisis para postularse como un auténtico laboratorio de innovación radical de base cultural: la fórmula de la que todos hablan pero que nadie sabe realmente cómo traducir en concreto”.

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Siena fue la primera ciudad italiana completamente cableada en el ciclo inicial de difusión de Internet, y ahora persigue aprovechar los dispositivos inteligentes y las tecnologías del futuro “para convertirse en la primera ciudad en Europa y quizás en el mundo donde el patrimonio ejerce una interacción con las nuevas tecnologías digitales de manera innovadora, trabajando en la narración de historias y en la ludificación, valorizando a su vez el enorme patrimonio tangible e intangible mediante la construcción de formas de diálogo nuevas y estimulantes entre la tecnología y la cultura. Siena debe reconstruir su economía y nosotros apostamos por la creación de polos especializados a nivel mundial sobre contenidos digitales vinculados con el patrimonio”, agrega Sacco.

Algunos de los socios implicados en el proyecto son Ars Elettronica de Linz, Technocité de Mons, Harvard metaLAB, Asian Institute of Gaming and Animation de Bangalore y Middle East College de Muscat, pasando por una relación muy consolidada con Europeana. “Estamos hablando –prosigue Sacco– de algunos de los principales operadores europeos e internacionales que creen en la posibilidad de desarrollar un polo de excelencia aquí en Siena. Esto es relevante no sólo para la ciudad y su territorio, sino también para el resto del país, donde aún hoy el debate sobre el desarrollo relacionado con la industria cultural está en sus albores, y donde falta una estrategia nacional vinculada al tema, justamente cuando se están tratando de identificar nuevas ideas para relanzar el crecimiento: el ejemplo clamoroso de una ventaja competitiva que no se aprovecha. Es un asunto decisivo también para Europa, donde numerosas ciudades con un patrimonio notable todavía hoy siguen afrontando retos importantes para impedir que la ciudad se transforme en un parque temático que responde a un enfoque del turismo de vieja generación, sin una alternativa clara de los modelos de desarrollo”.

A partir de este impulso orientado al repunte de la economía a través de la cultura, el programa de Siena 2019 explora una serie de cuestiones en las que el patrimonio se convierte en un canal de innovación social: la relación entre la cultura y la salud, donde Siena se propone convertirse en el primer polo europeo, a partir de una institución histórica representada por el hospital Santa Maria della Scala, el primero en Europa construido ya en la Edad Media como un lugar de experiencia cultural, y por algunos experimentos preliminares puestos en práctica por algunas de las que ya fueron capitales europeas de la cultura, como la ciudad finlandesa de Turku.

El objetivo es el de crear el primer sistema de welfare cultural de Europa. “Este es un tema que presentaremos en la programación europea de Horizon 2020 –informa Sacco– con alianzas internacionales de alto nivel. Si esta postura recibiera la debida atención, Europa podrá empezar a comprender, sobre todo para los ciudadanos de la tercera y cuarta edad, la importancia de la participación cultural activa y cuánto se puedan modificar positivamente y de modo relevante el porcentaje y los tiempos de hospitalización y, por consiguiente, los costes de los servicios sanitarios y de bienestar social en un continente que envejece. Esta perspectiva podría brindar a la financiación cultural una nueva motivación, contribuyendo a asegurar la sostenibilidad macroeconómica de uno de los sectores más críticos de nuestra economía, como es precisamente el welfare”.

Asimismo, no hay que subestimar las repercusiones del proyecto Siena 2019 en el replanteamiento de las lógicas de la experiencia turística, considerando a los turistas como residentes temporáneos que, a través de las plataformas digitales anteriormente citadas, podrán ser implicados incluso en la solución de los problemas de la ciudad, convirtiéndose en usuarios activos, responsabilizados y orientados a estancias más prolongadas en lugar de optar por las visitas relámpago de la ciudad. Se dedica gran atención también a los temas de la accesibilidad y del multiculturalismo, para la transformación de todas las formas de marginalidad efectiva o potencial en protagonistas de procesos innovadores de inclusión.

Para encarar el aspecto de la accesibilidad a los espacios físicos de las ciudades históricas, Siena facilitará la acción conjunta de las mejores escuelas europeas de diseño con el objetivo de desarrollar nuevas soluciones, sencillas, poco costosas y aplicables en cualquier realidad europea con características similares.

En materia de multiculturalismo, Siena ha implicado algunas de las realidades europeas más activas vinculadas con el diálogo intercultural, para enfrentar los temas de la violencia y de la discriminación étnica y religiosa y, una vez más, subvertir y razonar sobre la cultura como un antídoto concreto contra la xenofobia y la discriminación, a partir del gran proyecto dedicado a Santa Catalina de Siena, como precursora de las mujeres activistas que trabajan por la paz a través de la cultura, en vistas del vigésimo aniversario de su proclamación como Copatrona de Europa, que se festejará precisamente en 2019.

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