Survival recuerda el genocidio de los pueblos indígenas

Stephen Corry, director de Survival International, el movimiento global por los derechos de los pueblos indígenas y tribales, ha declarado hoy: “Las sociedades industrializadas someten a los pueblos indígenas a una violencia genocida, a la esclavitud y al racismo de modo que puedan usurparles sus tierras, recursos y mano de obra en nombre del ‘progreso’ y la ‘civilización’.

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Indígenas en Perú. AGoldstein-Survival

Desde el amanecer de la Era del ‘Descubrimiento’, los pueblos indígenas han sido víctimas inocentes de una colonización agresiva de sus territorios. Retratándolos como atrasados y primitivos, los invasores han justificado la aniquilación cruel y sistemática que todavía hoy se sigue llevando a cabo. Es hora de que se ponga fin al genocidio», señala.

Con motivo del Día Internacional de los Pueblos, Indígenas que se celebra el 9 de agosto, Survival International expone el caso de cinco pueblos indígenas y tribales que han sido víctimas de genocidio durante el siglo XX, y advierte de un potencial genocidio que podría perpetrarse en el siglo presente.

Entre los pueblos indígenas que se han enfrentado a una violencia genocida se encuentran:

Los achés, Paraguay

En un juicio sin precedentes que se inició el pasado mes de abril, la tribu de los achés llevó al Gobierno de Paraguay ante los tribunales por el genocidio que sufrieron. Los achés resultaron diezmados después de que los colonos llevaran a cabo verdaderas cacerías humanas donde la mayoría de los hombres eran asesinados, capturaran a los indígenas y los vendieran como esclavos durante las décadas de 1950 y 1960.

Los akuntsus, Brasil

En 1985 investigadores del Gobierno descubrieron una casa comunal entera que había sido destruida, evidencia de la brutal masacre llevada a cabo por hombres armados que asesinaron a la mayoría de los integrantes de la tribu akuntsu. Los cinco supervivientes que se mantienen con vida son los últimos testigos de este genocidio silencioso.

Los jummas, Bangladés

El ejército de Bangladés y una oleada de colonos desarrollaron una campaña genocida basada en asesinatos, violaciones, torturas y la quema de comunidades jummas. Un acuerdo de paz en 1997 puso fin a las peores atrocidades, pero los asesinatos y la quema de aldeas jummas, así como el robo de sus tierras y las detenciones continúan siendo perpetrados sin ningún control.

Los yanomamis, límite fronterizo entre Brasil y Venezuela

En 1993 los buscadores de oro atacaron brutalmente a la comunidad yanomami de Haximú: dieciséis yanomamis murieron asesinados, ancianos, mujeres y niños entre ellos. En una sentencia sin precedentes, cuatro de los culpables fueron condenados por genocidio. Las amenazas continúan hoy en día.

Los awás, Brasil

Expertos brasileños han calificado la violenta invasión y destrucción de la selva de los awás por madereros armados como genocidio. Un representante del Gobierno brasileño declaró en 2011: “Si no se adoptan medidas de emergencia con rapidez, el futuro de este pueblo es la extinción”. En enero de 2014, los invasores fueron expulsados del principal territorio awá gracias a la intensa campaña de presión desarrollada por Survival.

¿Volverá a repetirse la historia?

El pasado mes de junio un grupo de indígenas aislados emergió en Brasil, tras haber atravesado aparentemente la frontera con Perú. Explicaron a los intérpretes que su comunidad había sufrido violentos ataques durante los cuales la mayoría de los ancianos fueron asesinados y sus hogares quemados.

“Dijeron que murió tanta gente que no pudieron enterrar a todos y que los buitres se comieron sus cadáveres”. Expertos brasileños han advertido de que podría producirse “otro genocidio” si su territorio no se protege de los madereros y de los traficantes de drogas sospechosos de haber perpetrado esta atrocidad.

Concha Moreno
Periodista. Tras más de 30 años en el sector de la construcción en general, de la mano de una publicación para profesionales, un buen día nuevos derroteros la llevaron al mundo de la política, pero sin dejar la comunicación. Esa época determinó el comienzo de un camino dirigido a la solidaridad, a la defensa de los derechos humanos, a la denuncia. Poco después dejó España y se instaló en México. Allí comenzó a publicar en el periódico México Inteligente, donde tuvo su propia columna. Posteriormente, colaboró con el Periódico de Puebla y con revistas literarias, donde editó poesía. Un buen día contactó con Periodistas en Español, medio que le permitió relatar a los españoles lo que sucedía en el país azteca, así como describir las maravillas de su naturaleza. Tras siete años de estancia en México, a mediados de 2018 regresó a España. Actualmente sigue los avatares mexicanos y continúa contándolo en Periodistas en Español.

2 COMENTARIOS

  1. Esto es un aporte para mi conocimiento, saber que hoy en día, existen pueblos tribales luchando por su existir, identidad y territorio.
    En nuestra época, con nuestro modernismo, y el cambio de paradigma de la visión cultural humana, podemos hablar de realmente agresividad colonizadora y de la condición de víctimas inocentes de los pueblos indígenas.
    Para la época del Descubrimiento fue de blanco y de negro. En la América del norte, por la visión espiritual religiosa anglosajona (protestante), los indígenas fueron exterminados, exterminación legítima a esa mentalidad (creían estar en lo correcto los descubridores-colonizadores). En realidad no los exterminaron ampliamente, pues muchos se metieron más al interior de las tierras; siendo exterminados posteriormente a la emancipación, como en los EE.UU. con su avance incorporador del oeste.
    La visión religioso-espiritual de España (Reyes Católicos y los que siguieron) fue diferente. Los indígenas eran criaturas de Dios y, por lo tanto, debían ser evangelizados, catolizados, incorporados al mundo católico. Se les obligaba a trabajar, pero había un cierto proteccionismo para ellos. Las Casas (y en lo que yo considero una paradoja de misericordia) consiguió que para disminuir la explotación laboral de los indígenas, que España autorizara la «importación» de negros esclavos a las colonias de América. Con esa sugerencia del padre Las Casas, se respetó algo más a los indígenas hispanoamericanos, pero se esclavizó y explotó más a los africanos.
    Asimismo, en lo práctico, España necesitaba la mano de obra indígena. Hubo abusos grandes, matanzas guerreras o por pretexto de indígenas; pero la política oficial era la de incorporación en la fe y en el trabajo, considerados en inferioridad ante el español y el criollo, pero sin una visión o deseo de exterminio.
    Podemos discutir este punto hasta el infinito (me ha ocurrido), pero es un hecho de que los indígenas en EE.UU. son mínimos en el total poblacional, en cambio en América Latina tienen relevancia numérica y cultural en varios países; si la colonización española hubiera sido de exterminio, hoy en día no existirían o tendrían un número poblacional insignificante. Asimismo, están las situaciones particulares: en Chile hubo escasa esclavitud negra y así la población negra es inexistente, pero, en cambio, la originaria mapuche es relevante dentro del total general comparativamente; en cambio en Brasil (colonizado por Portugal) la población negra es importante porque en el pasado se trajeron grandes cantidades de esclavos, el clima tropical favoreció; en Argentina, de enorme extensión original y escasos habitantes originarios, más acciones bélicas de exterminio indígena en la patagonia en la segunda mitad del siglo XIX, hacen que allí la presencia originaria sea bastante inexistente hasta donde he podido establecer, tampoco hay población negra.
    En el caso de Chile, si bien bajo la República, en la segunda mitad del siglo XIX se desarrolló el proceso de «pacificación» de la Araucanía (imposición de la paz, con acciones militares y diplomáticas), tampoco la política oficial fue de exterminio genocida o poblacional. Las acciones de guerra, incluso las abusivas de matanzas, golpes punitivos, etc., se orientaron a los grupos en guerra o beligerantes, en lo fundamental. El propósito geopolítico fue de «chilenización» e incorporación forzada a la nacionalidad, así como bajo España fue el de la «catolización» y «civilización», donde actuaron de consuno la Espada (el poder político y militar) y la Cruz (la fe, la Iglesia).

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