Un gran terremoto ha despertado esta noche a los mexicanos. El epicentro ha tenido lugar en el Estado de Chiapas, uno de los más pobres del país, y su clasificación de 8,2 lo convierte en el mayor registrado en el país en los últimos 100 años.
El anterior de grandes dimensiones fue en 1985, cuando destruyó prácticamente la mitad de la ciudad de México causando 10 000 víctimas.
Por otra parte, el país está en alerta por un tsunami en la costa suroeste del país. Así lo ha confirmado el centro de Alertas de Tsunamis del pacífico, que asegura que existe el riesgo de un peligroso maremoto en las costas de México, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua, Panamá, Honduras y Ecuador.
Según el presidente Enrique Peña Nieto, el seísmo lo sintieron 50 millones de personas en otras entidades además del epicentro: Oaxaca, Ciudad de México, Guerrero, Tabasco, Puebla y Estado de México.
«Se trató de un sismo de gran escala; el de mayor magnitud» en el país desde 1932 dijo el presidente Peña Nieto a Foro TV, quien añadió que se han producido hasta ahora 42 réplicas, la mayor de magnitud 6,1, y advirtió a la población de que aún puede producirse una de mayor intensidad. «Fue intenso, fue prolongado y fue muy fuerte», aseguró el mandatario en una televisión local.
Aún es pronto para determinar los daños materiales, pero ya hay que lamentar la muerte de unas 38 personas. El temblor ha coincidido con la entrada del huracán Katia y se prevé que traiga fuertes lluvias a la zona. El pasado miércoles cayeron 11.000 millones de litros de agua sobre la capital y se apunta a que existan de igual forma a lo largo de este fin de semana.
Las autoridades ruegan a la población que se mantengan en alerta por posibles réplicas. Esto supone que toda la costa del pacífico incluidos los países de Guatemala y El Salvador estén a la espera de un tsunami.