Antes de abordar el balance y resultados de la veintiocho Cumbre Iberoamericana, celebrada este 25 en Santo Domingo (República Dominicana), hemos de referirnos para ser objetivos a algunas reuniones preparatorias dos días antes de la Cumbre.
El día 23 se reunieron los Observadores Consultivos y Asociados de la Conferencia Iberoamericana, que presentaron sus propuestas de trabajo y acordaron profundizar la cooperación con Iberoamérica.
El día 24 el Programa Iberoamericano de Discapacidad (PID), auspiciado por el Grupo Social de la Organización Nacional de Ciegos de España-ONCE, presentó los resultados de los últimos cuatro años de ejecución.
En la presentación Felipe Jaramillo, vicepresidente para América Latina y el Caribe del Banco Mundial (BM) manifestó: «Si queremos impulsar el crecimiento y mejorar el bienestar general, no podemos dejar a nadie atrás. Desde el BM estamos comprometidos en seguir fortaleciendo la agenda de inclusión. Por ello es un honor incorporarnos a la Comisión Consultiva del PID, desde donde brindaremos asesoría técnica en tres áreas: la mejora en la recolección de datos para diseñar políticas focalizadas y efectivas, la educación inclusiva y la accesibilidad».
En la Reunión de ministros de Relaciones Exteriores, del día 24, se aprobaron todos los documentos de la Cumbre.
Y en los días 23 y 24 tuvo lugar el Catorce Encuentro Empresarial Iberoamericano; encuentro importante, entre otras cosas, porque la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) ha insistido en los últimos meses en la necesaria promoción de las inversiones para superar los graves problemas existentes en la región.
De las intervenciones presidenciales, nos referimos ahora a la de Mario Abdo, presidente de Paraguay, quien destacó como la región «vive un momento inmejorable» para profundizar la integración regional y fortalecer sus relaciones con Europa. Por su parte, el secretario general iberoamericano Andrés Allamand afirmó: «Iberoamérica necesita a sus empresarios para despejar el fantasma de la década perdida».
Ante una nutrida presencia de empresarios, Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales-CEOE y secretario del Consejo de Empresarios Iberoamericanos-CEIB, Celso Juan Marrancini, del Consejo Nacional de la Empresa Privada-CONEP de República Dominicana y María Paz Jervis, presidenta de la Federación Nacional de Cámaras e Industrias de Ecuador; presentaron el manifiesto «Compromiso Iberoamericano con la Inversión», considerada como fuente de crecimiento y desarrollo. El documento aboga por un nuevo pacto social con alianzas público-privadas y manifiesta la disposición a «colaborar en los grandes proyectos que integren y conecten Iberoamérica».
La clausura del Encuentro Empresarial corrió a cargo, como es tradicional, de Felipe VI, quien, entre otras cosas, subrayó en consonancia con los ministros iberoamericanos de Industria y Comercio, que «los entornos estables, predecibles y competitivos son fundamentales a la hora de atraer inversiones a América Latina».
Querido lector, hasta aquí las reuniones previas y preparatorias de la Cumbre. En los próximos artículos, hablaremos de los resultados de la Veintiocho Cumbre Iberoamericana, haremos un balance y estableceremos algunas conclusiones. Todo ello, con los objetivos que nos han guiado hasta el momento: apoyar el trabajo de la SEGIB en el futuro y contribuir a una mayor presencia de España y Europa en América Latina y el Caribe, lo que parece inminente si tenemos en cuenta la Próxima Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)-Unión Europea (EU), que se celebra en julio, en Bruselas, con ocasión de la presidencia española del Consejo de la UE en el segundo semestre de 2023.
