Un ingeniero estafa a Microsoft utilizando códigos de las tarjetas regalo Xbox

En 2017, Volodymyr Kvashuk, joven ingeniero de origen ucraniano, fue contratado por el gigante de la informático Microsoft en su sede de Redmond, en el estado de Washington, como encargado de vigilar la seguridad de la infraestructura de comercio electrónico de la empresa.

Para hacer su trabajo, informa la página web del canal económico internacional Bloomberg, el ingeniero tenía que simular efectuar compras en la plataforma con una tarjeta de crédito, perteneciente a una cuenta corriente  falsa, que le proporcionó la empresa.

Evidentemente, se trataba de compras cuyo importe no se cobraba. Pero que a Volodymyr Kvashuk le sirvieron para descubrir un fallo garrafal del sistema: resulta que quedaban al margen de las simulaciones los «bienes no físicos», como por ejemplo las tarjetas-regalo Xbox.

En las compras on line, Microsoft proporciona un único código de veinticinco caracteres, que se puede imprimir o enviar por correo electrónico,  que teóricamente solo se puede utilizar para comprar servicios Xbox (juegos, aplicación para series o películas, y accesorios) y que se puede intercambiar en Internet como si fuera una especie de moneda digital que se puede revender a cambio de dinero cash.

Según un estudio de la empresa Euler Hermes, líder mundial en los fraudes en seguros, uno de cada cinco casos en empresas los lleva a cabo un empleado. Y eso es lo que ocurrió con Volodymyr Kvashuk, quien se dio cuenta de que podía generar gratuitamente un número ilimitado de códigos en su cuenta falsa. En principio se dedicó a crear códigos Xbox de pequeñas cantidades, entre diz y cien dólares, «pero enseguida le cogió gusto y el fraude aumentó rápidamente», llegando incluso a crear un programa informático para automatizar «la faena».

Faena a la que se dedicó durante dos años, hasta que le detuvieron cuando había generado 152.000 tarjetas regalo por un valor de 10,1 millones de dólares, que iba vendiendo por Internet con un descuento del 55 por ciento: «no tardando en crear un auténtico mercado paralelo de las tarjetas Xbox».

Según la fiscalía que está instruyendo el caso, «en un momento dado, Kvashuk emitía tal cantidad de códigos que hacía subir o bajar el precio de las tarjetas regalo Xbox en los mercados de reventa. Cuando los precios caían demasiado, dejaba de fabricar códigos y esperaba a que el mercado remontara».

Kvashuk, quien había llegado en 2015 a Estados Unidos sin dinero, se compró una villa al borde de un lago y un automóvil Tesla modelo S, «rojo rutilante».

Hasta que, en un momento dado, el altísimo número de compras en Internet utilizando códigos de tarjetas regalo llamó la atención de alguien en Microsoft.

La empresa recurrió a un veterano detective de Scotland Yard que no tardó en centrar sus pesquisas sobre el ingeniero Kvashuk quien, a pesar de tener experiencia, cometió grandes errores como utilizar el mismo ordenador para todos los robos. Incluso, una de sus primeras compras (una licencia Microsoft Office) la registró a nombre de su empresa (startup) personal.

Su defensa está intentando dar la vuelta a los argumentos de la fiscalía argumentando que el ingeniero actuó de buena fe, sin ninguna intención de defraudar a Microsoft, a quien en realidad ayudaba ya que cuantas más Xbox se transformaran en regalos «mayor popularidad alcanzaría la fórmula y más gente compraría las Xbox».

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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