Nos debemos esforzar por y para estar bien, y, a partir de ese punto, contribuir a que lo estén los demás. Nos haremos progresar. Nos singularizaremos con amistad, con deseos nobles, con lealtad y solidaridad.
Procuraremos mancomunar los elementos, los conceptos, los eventos hermosos, para llegar a ese estado de felicidad al que tenemos derecho. Podremos.
No vayamos con agobios, ni en formato de pausa. Somos diestros y capaces, más de lo que a menudo meditamos. Hemos sido diáfanos, transparentes, cimientos de la esperanza, y por ahí continuaremos.
Los análisis han de ser utilizados para el avance. No dejemos que el mal, su ruindad, se aproveche de cuerpos y mentes. Nos haremos fuertes entre naturalezas de gozo.
Convengamos que somos medida y experiencia en positivo. Nos debemos abrazar recurrentemente y saber que poco a poco somos capaces de conseguir lo que nos propongamos.
La vida es una sensación ingente. Intentemos que el balance esté de nuestro lado, y, por favor, no nos quedemos, ni para lo bueno ni para lo malo, con fotos parciales.