“…y quizás el único cosmopolita, ciudadano del universo que he conocido fue Xul Solar”
Jorge Luis Borges.
Insólito, creativo, fundador de 20 lenguas, del panajedrez, de 12 religiones, con una cosmovisión astrológica, Xul Solar (1878-1963) desarrolla una obra pictórica de pequeño formato, en acuarela, tempera, óleo, con temas relacionados al mundo inconsciente y mítico.
Considerado el Paul Klee sudamericano, viajó por el mundo, expuso primero en Europa, para anclarse en Argentina, dejando un legado artístico innovador y vanguardista, que actualmente se expone en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, Argentina.
Cuando fui a ver al galerista Jorge Natalio Povarchè por el libro que escribía sobre Jorge Luis Borges, (Borges y los otros), me contó historias de Xul Solar y su amistad con el poeta. Caminaban juntos desde la casa de Xul a la casa de Borges y de la casa de Borges a la de Xul, platicando animadamente, hasta que anochecía, sin conciencia del tiempo. Fue Povarchè quien me dio la conferencia que Borges le dedicó al pintor y me comentó el proyecto de hacer de la casa de Xul, un museo.
El tiempo ha pasado, la Fundación Xul Solar se creó, el Museo Casa Xul Solar se puede visitar en Buenos Aires, y la Galeria Rubbers de Povarché es ahora internacional y ha colaborado, junto con otras colecciones privadas, en la magna exposición que se lleva a cabo en el Museo Nacional de Bellas Artes, con la curaduría de Cecilia Rabossi, y que reune 160 obras del artista, objetos, documentos, escritos, ilustraciones y manuscritos.
Merecido homenaje porque no son muchos los que conocen la obra de este artista diferente. Xul Solar (Oscar Agustín Alejandro Schulz Solari), nació el 14 de diciembre de 1887, en el Tigre, delta argentino, y murió el 9 de abril de 1963, en la casa que hoy es museo.
Cuando la familia se traslada a Buenos Aires, trabaja de maestro, estudia arquitectura y en 1915 parte en un buque carguero a Hong Kong, como peón de a bordo, pero en Londres decide desembarcarse y vivir su aventura europea, que lo lleva a conocer Francia e Italia, donde se reune con su madre y su tía.
Pasa la Guerra del 1914, se encuentra con el artista argentino Emilio Pettoruti, quien lo impulsa a exponer y a firmar con el nombre de Xul Solar. Expone por primera vez en Milán en 1920 y luego en París. En 1924 regresa a Buenos Aires, relacionándose con grupos de artistas y escritores de la vanguardia. Continúa su carrera plástica ininterrumpidamente exponiendo en Buenos Aires en Museos y galerias de arte. presentó exposiciones en Europa, Brasil y Estados Unidos y su obra ha comenzado a valorarse a nivel internacional.
Compartió su vida de pintor con sus estudios sobre religiones, astrología y filosofia hermética. Su pintura se sustenta en ideas cosmogónicas reveladas a través de la Astrología que, según él, reúne la armonía universal y la unidad del cosmos. Para Xul, el vivir es un permanente descubrimiento de conocimiento y un movimiento de amor hacia el hombre. Era anticonvencional, en busca de lo universal, de la comunicación fraternal, de allí que su pintura fuera un camino de entendimiento a través de signos, símbolos, líneas, formas y color; un lenguaje del espíritu.
Diseñó proyectos para las casas del Delta, viviendas en esa zona lacustre, creó una lengua que fuera comprensible a todos, la lengua neocriolla, con formas modificadas del español, portugués y otras lenguas. Era uno de los temas que le fascinaban al poeta Jorge Luis Borges.
Inventó juegos, entre ellos el panajedrez o panjuego, y un teatro de marionetas con los signos astrológicos. Basado en el zodíaco, configuró cartas astrales, y su mujer leía las interpretaciones. Su concepto de astrología universal reconocía correspondencia entre todos los elementos y las disciplinas.
El mundo pictórico de Xul Solar está poblado de seres espirituales, símbolos, signos, mitos, aspectos invisibles que se revelan en sus fantasias, significantes de lo desconocido. El mundo de la Cabala, el de las religiones hindúes, el pensamiento chino, las mitologías prehispánicas.
El historiador de arte Aldo Pellegrini define muy bien las características de su obra: “A través de su obra quiso dar una explicación esotérica a la unidad del mundo, principio que está en el núcleo de toda la tradición filosófica y religiosa.”
Hay relación de la obra de Xul con la de Mondrian, Kandinsky y Klee, artistas igualmente personales, creadores de un sentido integral del arte, que envuelve la vida y la manera de vivir.
El crítico de arte francés Jacques Lassaigne comenta: “No hay nada que resulte mas exaltante que descubrir en diferentes y a veces lejanos centros fuerzas que se conjugan, se apoyan, se prolongan; se establecen parentescos, se justifican y se consolidan tentativas; las victorias de cada uno se convierten en las de todos. Las distancias, el tiempo son vencidos.”
Afinidades, sensibilidades hermanas, algo asi unió a Xul con Borges, esa amistad estaría escrita en el horóscopo de ambos.
Una pintura astral, un concepto estético astrológico, un juego de armonías entre formas, líneas y color, un pintor que excede las fronteras del Surrealismo y se proyecta hacia una Pintura Mágica.
Xul Solar, el pintor astrólogo, el mago de símbolos es uno de los artistas sudamericanos que mas enriqueció la vanguardia del arte del siglo XX.
