Trapiello: terrorismo literario y los 504

No me resisto, con perdón de mi jefe, a hablar de esta nueva originalidad de los mayores sandios de la crema intelectual. Ahora Andrés Trapiello, por encargo supongo, echándole un par agarra el Quijote de Cervantes por donde más duele y lo ¿traduce? al castellano (actual).

quijote-trapiello Trapiello: terrorismo literario y los 504O sea y en plata, pillamos el texto más importante de la literatura universal, escrito en los momentos de máximo esplendor de la lengua castellana, y lo destrozamos aquí, allá y acullá para que las editoriales, en este caso Destino, puedan seguir vendiendo mierda empastada sin pagar mucho más allá del coste del encargo al “traductor”.

Si ya resulta cabreante leer a Dante, un poner, en traducciones de calidad por traductores profesionales, la idea de leer aerogeneradores en vez de molinos, red-bull en vez de bálsamo de Fierabrás, imputados en vez de galeotes y quién sabe si el Discurso de las Armas y las Letras no haya acabado convertido en el Chat del Láser y los Emoticones, es desquiciante.

El argumento de que esta traducción permite leer el Quijote tal y como lo leen los ingleses, los japoneses o los normandos es una idiotez. La verdad es que nadie que no sea capaz de leer el Quijote en su lenguaje se va a leer el Quijote de Trapiello, porque un lector tan lerdo no es un lector de literatura sino un consumidor de fast-books, Grey y sus matices –que no sombras-, hombres que no aman mujeres y demás hierbajos.

Se trata, una vez más, de hacer negocio fácil y dar sucedáneos por originales. Hace unos años hubo mastuerzos cinematográficos que colorearon las películas en Blanco y Negro, generando unos pasteles insoportables que olían a rancio, mientras que sus originales en ByN mantenían toda su frescura.

En realidad, tiene que ver con el sistema Bush de solución de problemas: para evitar incendios, talemos los árboles del bosque. Aquí igual: ¿No se entiende el Quijote porque nuestro sistema educativo ni educa ni es sistemático? Perfecto, pues adecuemos la cosa a la mente y no al revés como bien nos enseñó Tomás de Aquino, este sí un intelectual riguroso, con su «adequatio mentis ad rem», adecuar la mente a las cosas (¡y no al revés!)

Esta nueva majadería, que no habría de llegar más allá de este atentado a nuestro Siglo de oro o al menos así lo espero, es una patada en los huevos enterrados de Martín de Riquer y su excelente edición crítica de El Quijote. Y de paso es una coz testicular a todas las grandes ediciones críticas que gozamos: ¿qué será lo siguiente? ¿La banda terrorista Destino y su jefe del comando Madrid (a) Tatropiello, le echarán más de lo mismo al Polifemo de Góngora y perderemos para siempre el hermoso estudio de Dámaso Alonso, tres tomos para explicar con primor que embriaga las sutilezas de los 504 versos de lo mejor del culteranismo español? Supongo que “Estas que me dictó, rimas sonoras, Culta sí aunque bucólica Talía”, uno de los más hermosos y logrados hipérbaton de nuestra literatura, acabará en algo como “estas rimas en mp3 que me filtró Talía, la que sabe leer a pesar de ser de pueblo” donde todo el mundo puede ver que supera infinitamente las palabras medidas, cadenciosas y musicales de Góngora. No quiero ni pensar en qué acabará el soneto “Mientras por competir con tu cabello//oro bruñido, el sol relumbra en vano, //mientras con menosprecio en medio el llano //Mira tu blanca frente al lilio bello […]”

Y hablando de Góngora, Andrés Trapiello, recuérdote aquel verso de Quevedo que decía “Y te untaré mis versos con tocino// porque no me los muerdas, Gongorilla,//perro de los ingenios de Castilla,// docto en pullas, cual mozo de camino//:

¡No toques más los clásicos! ¡Vade retro súcubo!

Manuel Pascua
Analista político y económico. Mis armas son las palabras y mi razón mis convicciones. Me gustan los números y la economía a la que, sorprendentemente, hasta entiendo. Sé que hay otros caminos para nadar las aguas negras de la vida y que el que nos imponen -comer basura, tragar inquina y vaciarnos los bolsillos- es el resultado de mezclar ineptos gobernantes con espabilados banqueros. Soy filólogo, soy letraherido y he vivido en Suiza, en Inglaterra y en Colombia. En España he vivido en Barcelona, en Madrid, en San Sebastián y en Cádiz y mi alma y mi carácter son castellanos: seco y claro, aunque con un sentido del humor ácido y las más de las veces corrosivo cuya primera víctima soy yo y la segunda la realidad estrambótica que me rodea. Mi ley es la opinión y prefiero construir a destruir, sumar a restar, el ruido al silencio, la furia a la calma del camarón dormido en la corriente. Amo nuestro siglo de Oro y no creo que otro mundo sea posible: estoy absoluta y completamente seguro de que es así.

6 COMENTARIOS

    • Efectivamente, Teresa, de lo que se trata es de que se venda, dos, cinco, diezmil ejemplares. Ese es el negocio y generar dos, cinco, diezmil personas más que tampoco se van a leer el Quijote versión Trapiello. Es una añagaza de marketing y nada tiene que ver ni con el Quijote, ni con el español del siglo de oro ni, por supuesto, con la literatura. Son solo mercachifles intentando colocar su alij.o. Gracias por leer y comentar

  1. Jajajaa lo de red bull es genial y llamar imputados a los galeotes un acierto. Gracias por un rato divertido

  2. Gracias don Manuel porque más o menos lo mismo me ha parecido a mí, aunque no lo habría escrito así como lo hace ud., por lo bien expresado y por el cabreo justificadísimo.

    • Gracias Albert aunque indignarse ante la situación actual de la literatura en España es casi tan inútil como pretender que Trapiello o los editores de Destino asuman la catástrofe que supone aggiornar los clásicos. Gracias por leer y comentar

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.