El 2 de noviembre de 2014 se celebrará por vez primera el Día Internacional para Acabar con los Crímenes contra Periodistas. Aunque alguien pueda creer que eso no tiene importancia, la tiene y mucha.
El olvido de la mayoría de las agresiones de todo tipo, de los asesinatos de periodistas y de otros profesionales de la comunicación, genera impunidad. Acabar con el olvido es un primer paso decisivo para combatir esa impunidad, tan extendida en muchos países.
Las organizaciones de periodistas de todo el mundo, empezando por la que más profesionales agrupa, la Federación Internacional de Periodistas (la FIP reúne a organizaciones que representan a unos 600.000 periodistas en unos 180 países); pero también otras con objetivos más específicos, como Reporteros Sin Fronteras, el Comité para la Protección de los Periodistas, etcétera, presionaban hace tiempo para lograrlo. La propuesta fue presentada por el ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Laurent Fabius, a quien los sindicatos de periodistas franceses propusieron esa fecha por ser la del secuestro de nuestros colegas Ghislaine Dupont y Claude Verlon, que fueron poco después salvajemente asesinados el 2 de noviembre de 2013.
Esta última resolución continúa el espíritu de la 1738 (aprobada en diciembre de 2006), que demandaba la especial protección de los periodistas que cubren conflictos armados o situaciones similares. La ONU, por consenso, no sólo condena esos ataques, como un ataque a las libertades de todos, sino que ya adoptó entonces (en 2006) un plan para implementarlo y poner coto a los asesinos de periodistas. La Secretaria General de la FIP, Beth Costa, declaró la víspera que “hay que esperar de los Gobiernos algo más que gestos simbólicos”. También el presidente de la misma organización, Jim Boumelha, se ha felicitado porque “la lucha contra la impunidad esté desde ahora, y para siempre, inscrita en la agenda de todos los gobiernos”. La resolución es un aviso para otros estados, como Turquía, que tienen por costumbre condenar a periodistas molestos, incluso a penas de cadena perpetua, como ha sucedido recientemente.
Dentro de unos días, la FIP y RSF publicarán su balance de periodistas asesinados. También lo hará la UNESCO. Las cifras variarán porque no todos tienen los mismos criterios para incluir los crímenes, todos los ataques y muertes, en sus documentos, pero los objetivos son comunes: que los asesinos no queden impunes.
Por su parte el secretario general de RSF, Christophe Deloire, ha señalado: “En lo que llevamos de año, 52 periodistas han sido asesinados (*una cifra que aumenta la FIP porque incluye a todos los trabajadores de los medios, no sólo a los periodistas) por causas relacionadas con el ejercicio del periodismo. Estamos consternados por la muerte de dos periodistas franceses en Mali, el 2 de noviembre, y de los demás compañeros asesinados durante el año en todos los países del mundo, como en Siria, Somalia, Pakistán o Brasil”.
La FIP mantiene una campaña permanente, que se centra en actos especiales el día 5 de noviembre, y que se conoce como “Stand up for journalism” (En pie por el periodismo). Se trata de defenderlo como elemento fundamental de las libertades y la democracia ciudadana. También, otro día del mismo mes, el día 23 de noviembre fue el aniversario de la mayor matanza colectiva de periodistas de la historia, que tuvo lugar en la provincia de Maguindano (Filipinas), el año 2009. Entonces, 32 profesionales de los medios cayeron en una masacre en la que perdieron la vida un total de 52 personas. Todas las organizaciones de periodistas agrupadas en IFEX (International Freedom of Expression Exchange) propusieron en una reunión, en Beirut, que el 23 de noviembre se convirtiera en Día Mundial contra la Impunidad, así que este mes tendrá tres conmemoraciones para no olvidar los valores del periodismo, la defensa de los periodistas, de su vida, el necesario ejercicio libre del oficio como libertad imprescindible de todos, fundamental para la democracia.
De modo que hay que señalar los hitos contra la impunidad. Precisamente, mañana (28 de noviembre) se celebra en Arusa (Tanzania) una audiencia del Tribunal Africano de los Derechos Humanos y de los Pueblos por los asesinatos del periodista Norbert Zongo, y de varias personas que se encontraban con él, Abdoulaye Nikiema, conocido como “Ablassé”, Blaise Ilboudo y del hermano del primero, Ernest Zongo. ¿Delito del periodista? Haber investigado y publicado algunos elementos de su investigación sobre la muerte misteriosa (bajo la tortura) del chófer del presidente de Burkina Faso, François Compaoré. Fue el 13 de diciembre de 1998. Ni la FIP, ni RSF, ni los periodistas africanos, ni la opinión pública de ese continente lo han olvidado. Entre otros artistas, el cantante Alpha Blondy lo recordó en una canción memorable.
“Acogemos muy favorablemente la resolución de la ONU y pedimos a todos los estados, a todos los fiscales de África, que la sigan y adopten como propia”, ha declarado Mohammed Garba, presidente de la Federación Africana de Periodistas (afiliada a la FIP). “Confiamos en que impulsará nuestras campañas para acabar de una vez por todas con la impunidad de los crímenes contra periodistas en África”, ha concluido el nigeriano Garba, en nombre de todos los periodistas del continente africano.
