Investigadores estadounidenses de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, han descubierto por casualidad, la existencia de un nuevo sistema bautizado por ellos como intersicio, que constituye una red de canales microscópicos que se extienden por todo el cuerpo. Estos compartimentos interconectados entre sí, están rellenos de líquido y se encuentran entre los distintos tejidos.
El intersicio sería entonces el responsable de la circulación de grandes volúmenes de líquido y también de la propagación de diversas enfermedades en el cuerpo humano.
La acumulación del ya conocido líquido intersicial y al que los fisiólogos se referían como espacio entre las células. Esta malla de proteínas flexibles (colágenos) se encontraría tanto en la dermis profunda como en las vísceras, tracto digestivo o pulmones, entre arterias, venas y la fascia entre los músculos.
El hallazgo publicado por la revista Scientific Reports considera la importancia de las cavidades microscópicas que nunca antes se han estudiado ya que explica cómo actúa esta capa que no es otra cosa que una autopista de fluidos; es decir, un diseminador del cáncer. Este órgano transporta hasta el 20 % de los líquidos que están en nuestro cuerpo y es un amortiguador que protege los órganos internos. La deducción lógica aunque todavía no se ha probado, es que podrían contribuir de igual forma a la propagación de las células cancerosas.
El intersititium contiene aproximadamente el 36 % del fluido corporal; es decir, uno de los órganos más grandes del cuerpo. Este tejido antes ignorado podria contribuir en los procesos de cicatrización de las enfermedades inflamatorias y de otras que hoy no tienen respuesta. Pensar que es un órgano es un término sobre el que muchos no están de acuerdo.
Para el Dr. Michael Nathanson, de la Universidad de Yale, es mejor pensar que es un nuevo componente que es común entre una variedad de órganos, mejor que hablar de un nuevo órgano en sí mismo.
El estudio se realizó mientras estaban biopsiando la vía biliar de un paciente enfermo de cáncer. Este hallazgo constituye una nueva herramienta de diagnóstico que podría dar explicación a las preguntas que todavía se hacen los científicos en torno a las metástasis cancerosas, edemas o fibrosis. Con esta nueva consideración se comprenderá si cabe, aún mejor cómo funciona el cuerpo humano y la región prelinfática que realmente podría sufrir cambios en ciertos estadios de enfermedades y podría determinar cómo se comportan otras, hasta hoy desconocidas.