Cada año, ocho millones de toneladas de plástico terminan en los océanos. Esto equivale a derramar la carga de un camión de basura cada minuto. La contaminación amenaza la supervivencia de las criaturas marinas, destruye los ecosistemas marinos y costeros que soportan a más de tres mil millones de personas en todo el mundo, y pone en peligro la salud humana.
Un impresionante 80 % de toda la vida en la Tierra se encuentra oculta bajo las olas y este vasto océano global pulsa en torno a nuestro mundo conduciendo las fuerzas naturales que mantienen la vida en nuestro planeta.
Los océanos entregan una fuente vital de proteínas, energía, minerales y otros productos esenciales en todo el mundo; el balanceo del mar en todo el planeta crea más de la mitad de nuestro oxígeno, maneja los sistemas meteorológicos, los flujos naturales de energía y nutrientes, transporta masas de agua muy superiores a todos los ríos en la tierra combinados y hace posible que la Tierra sea habitable. Un océano sano tiene diversos ecosistemas y hábitats robustos. Sin embargo, el estado actual de nuestros océanos es muy diferente a esta norma natural.
Por lo tanto, es muy preocupante que estemos dañando los océanos a una escala que es inimaginable para la mayoría de la gente.
En consecuencia, los ecosistemas están colapsando, las especies marinas están siendo conducidas hacia la extinción, los hábitats marinos están destruidos, degradados y despojados de su diversidad y, quizás lo más grave, es que los ecosistemas están perdiendo la capacidad natural de recuperarse.
Comer plástico
Es lo que hacen miles de animales marinos: ingieren toneladas de plástico, y acaban muriendo. Se ha podido comprobar en un magnifico ejemplar en una playa de Cabo de Palos, en Murcia (España), donde a finales de febrero de este año 2018 apareció un joven cachalote varado. Tras hacerle la necropsia, se confirmó que murió a causa de los plásticos que tenía en el estómago. En total, 29 kilos que el animal no pudo digerir, causándole graves impactos en el aparato digestivo y que, finalmente, acabaron con su vida: bolsas de basura, trozos de redes, cabos y ¡hasta un bidón!
La ingesta de plásticos por la fauna marina no es nada nuevo. De hecho, en las últimas décadas se ha informado de multitud de casos en tortugas, cetáceos, tiburones, peces y aves. En 2013 otro cachalote fue encontrado en la costa de Granada con 18 kilos de plásticos en su estómago, lo que le había causado una ruptura gástrica, provocándole la muerte.
La producción y el consumo de plásticos sigue aumentando cada año a un ritmo alarmante. Y como consecuencia, su impacto sobre el medio ambiente.
Esta invasión de plásticos ahoga los ecosistemas, provoca daños a la fauna, que los confunde con sus presas naturales, como calamares o medusas, y entra en la cadena alimentaria, afectando al ser humano, al consumir pescado y marisco que haya ingerido plásticos.
Apuesta por mares limpios
A finales de marzo pasado, ONU Medio Ambiente anunció los ganadores del Desafío de Innovación #MaresLimpios, una competencia entre estudiantes universitarios con ideas creativas para abordar el problema de la basura marina.
El desafío, lanzado en junio de 2017 por ONU Medio Ambiente y Think Beyond Plastic, busca inspirar a los estudiantes universitarios de todo el mundo a idear soluciones innovadoras para uno de los problemas ambientales más apremiantes de nuestro tiempo.
Los concursantes presentaron sus ideas en cuatro campos: ingeniería, comunicaciones, economía y predicción y recuperación. Casi 200 propuestas de proyectos originales llegaron a las manos de un jurado compuesto por líderes en ciencias, negocios, artes visuales y escénicas, cine y economía.
En el área de comunicación, los ganadores idearon unas bolsas reutilizables que se lanzarían acompañadas de una fuerte campaña de divulgación para alentar a las personas a dejar de usar bolsas plásticas de un solo uso. Las nuevas bolsas, llamadas Tasini, están inspiradas en diferentes animales marinos que aparecerán como “eco-embajadores” en varios dibujos animados que producirá el proyecto. Los videos presentarán historias sobre plástico marino, lo que contribuirá a crear conciencia sobre el tema, al tiempo que alentará a los consumidores a cambiar sus hábitos.
En el área de diseño e ingeniería, los ganadores diseñaron un plástico biodegradable a partir de claras de huevo desechadas. El proyecto, llamado “eggxellent”, pretende usar este material para hacer tazas y platos.
En el sector de la economía, el proyecto ganador, denominado Ecoboat y procedente de Camerún, es un esquema de reciclaje de botellas de plástico que se utilizarán para construir canoas destinadas a la pesca artesanal.
Finalmente, en el área de predicción y recuperación, la idea ganadora es una forma de utilizar la tecnología de detección remota para encontrar basura marina a lo largo de la extensa costa de Chile.
Think Beyond Plastic es un acelerador de la innovación que busca eliminar la contaminación plástica y avanzar en la transición hacia materiales bio-benignos de fuentes renovables y los procesos de fabricación, producción y diseño de empaques asociados. La organización identifica las innovaciones en sus etapas tempranas, y desarrolla un puente hacia la comercialización para nuevas compañías.
