¿Y si de repente te dieran el resto de tu vida?
¿Y si te lo tuvieses que “gastar” en apenas 24 horas?
¿Y si de repente te empieza a suceder todo aquello que no te ha sucedido?
Luis de Luis[1]
Y, a partir de esta (suculenta) triple premisa comienza el viaje por la maravillosa vida de Elena Octavia, maravillosa actriz y maravilloso personaje, que narra, con naturalidad, con un pelín de (consciente) desgana, con sus gotitas de cansancio un aluvión de sucesos contados en un lenguaje mihuriano en que hasta la situación más disparatada (tener 52 hermanos, un novio de toda la vida virtual, la asistencia al juicio final, la carrera solidaria, la versión del director de “Ben Hur”) se resalta con temple y serenidad por esta enorme cómica.
Y es que Elena Octavia – elegantemente guiada por José Martret y Mapa Pastor – levanta la piel del suelo del escenario, deshilacha los lugares comunes, curiosea por cada anécdota mientras lo cuenta a cada persona del público, buscándoles la mirada, apelándoles, buscando una respuesta, una reacción.
Y así transcurre esta deliciosa “La vida de Octavia”, entre el tópico y el típico, entre el fin del mundo y el chino, entre la tortilla para cenar y la abuela en pelotas, entre el cada día y el día de la década, entre lo ridículo y lo sublime, entre el por qué sí y el porque no, entre el cómo, cuándo y dónde, entre el infinito y más allá, entre el stand up y el up stand, siempre presidido por una implacable lógica, jardielesca, contundente y octaviana.
- Luis de Luis es crítico teatral
- Ficha artística
- Dirección: José Martret y Mapa Pastor
Adaptación: Mapa Pastor y Elena Octavia
Reparto: Elena Octavia
Con la colaboración especial de Marta Fernández Muro y Enrique Martínez