Camino de los Premios Oscar, que en su edición número 91 se entregan este 2019 el próximo 25 de febrero, parte como favorita en cinco categorías la película “Green Book: por las rutas del Sur”, una historia verídica dirigida con excelente instinto por Peter Farrelly.
Hasta ahora, realizador y productor, a dúo con su hermano Bobby, de cerca de una veintena de comedias, entre otras “Algo pasa con Mary” y “Yo, yo mismo e Irene”, Peter Farrelly ha conseguido una magnífica interpretación del tándem irrepetible de Viggo Mortensen y Mahershala Alí, y punteada por una música inolvidable.
En el guión ha colaborado Nick Vallelonga, el hijo de uno de los personajes.
Para ir abriendo boca, “Green Book” ya ha conseguido tres Globos de Oro, el premio a la Mejor Película del Sindicato de productores estadounidenses (Producers Guild of America, PGA), galardones que habitualmente se reproducen en los Oscars, y el Premio del Público en el Festival de Toronto.
“Green Book” es la historia real de la relación entre el pianista afroamericano Don Shirley –el tipo que no era “bastante negro, ni bastante blanco, ni bastante hombre”– y el italoamericano del Bronx, encargado del Club Copacabana, Frank Anthony Vallelonga, (conocido como Tony Lip) –a mitad de camino entre integrante de la mafia y empleado de pizzería, rodeado siempre de una familia de tres generaciones–, quienes juntos recorrieron en los años 60 las rutas de la América profunda, la del segregacionismo, durante una gira de conciertos.
Cuando el sofisticado pianista Don Shirley (Mahershala Ali, Oscar al mejor Actor Secundario 2017 por “Moonlight”) –conocido profesionalmente como Doctor Shirley y aclamado mundialmente–, quien adorna su apartamento en el piso de encima del Carnegie Hall con dos enormes colmillos de elefante y recibe sentado en un trono dorado, necesita un chofer que también le sirva de guardaespaldas, alguien le recomienda a Tony Lip (Viggo Mortensen, “El señor de los anillos”, “El capitán Alatriste”, “Captain fantastic”) quien, parado temporal por una remodelación del club donde ejerce de “chico para todo”, necesita dinero.
Los dos personajes, cargados de prejuicios y tópicos, consiguen acomodarse para llevar hasta el final el compromiso de terminar la serie de recitales, abandonando por el camino las tendencias racistas y xenófobas del chofer y el esnobismo del músico. En un momento en que los movimientos a favor de los derechos civiles empiezan a hacerse oír en un país que divide en dos a su población, los dos hombres se enfrentan con humor y bastante generosidad a lo peor que puede albergar el alma humana.
Oda a la tolerancia, road-movie tan divertida como emocionante, cuento moral, fábula positiva, relato de amistad simple y conmovedor, joya de fantasía y emociones, comedia que rescalda el corazón… La crítica internacional –con excepción de algunos estadounidenses que la consideran “demasiado blanca”– no escatima calificativos al enjuiciar la que es, en mi opinión, la mejor película que hemos visto en los últimos meses. Una obra resueltamente política y de enorme actualidad, pensada para ser edificante.
La “Negro Motorist Green Book”, escrita por el cartero negro Victor H. Green, era una guía indispensable para los viajeros negros en los estados segregacionistas, que se publicó anualmente de 1936 a 1966, y que enumeraba los moteles, hoteles, bares, restaurantes y estaciones de servicio donde admitían clientes negros. En la película, el chofer Tony la consulta para encontrar los lugares donde pueden aceptar al pianista Don Shirley.
En la vida real, los dos personajes, el conductor y el músico, mantuvieron una amistad hasta la muerte de ambos, con tres meses de diferencia, en enero y abril de 2013.
El “auténtico” Tony Vallelonga, quien empezó deshaciéndose de la clientela molesta y llegó a ser jefe de camareros en el neoyorquino The Copacabana Club (tras la gira con el pianista regresó a su anterior oficio), conoció allí a muchos personajes del mundo del espectáculo, desde Frank Sinatra a Francis Ford Coppola, quien le dio un papel de invitado a la boda en “El padrino”; también aparece en la historia del infiltrado en la mafia “Donnie Brasco”, de Mike Nevell, y en la serie “Los Soprano” como el mafioso de gafas Carmine Lupertazzi.