Más de cinco millones de personas en España, es decir, el 12 % de la población, sufre a diario migrañas, un trastorno neurólogico complejo que muchas veces se confunde con un dolor de cabeza. Esta enfermedad invisible y aparentemente normal, sigue siendo subestimada dentro de la Organización Mundial de la Salud, aunque cursa con síntomas tales como, fuertes dolores de cabeza, fotofobia, vómitos y una sensación de malestar general.
A pesar de que son las mujeres las grandes afectadas, más de un 80 %, existe un componente hormonal en la enfermedad que la desarrolla. La migraña crónica afecta más de quince días al mes al paciente y, la episódica, sucede de vez en cuando aunque ambas tienen el mismo cuadro de dolor. Si la migraña tiene aura, antes del ataque, el paciente sufre una serie de síntomas que dependen de la edad, que llegan a ser invalidantes y la que no tiene aura, simplemente sucede sin previo aviso.
Esta patología, que no tiene cura, se puede manejar y, con relativa paciencia, se puede llevar una vida normal, aunque ciertamente un mal tratamiento puede cronificar los síntomas. De igual forma, es posible que los pacientes que no puedan controlar el dolor lleguen a tener cuadros depresivos porque no pueden sobrellevar esa situación constante.
En este sentido, los tratamientos que se ofrecen son combinaciones de antidepresivos, metabloqueantes, antiepilépticos, toxina botulínica o bloqueos musculares con inyecciones. Esto, mezclado con analgésicos comunes, puede hacer que el paciente sobrelleve la carga que supone vivir con ese dolor tan agudo. El problema se presenta cuando la analgesia se toma sin que exista dolor y solo para prevenir los ataques. La cronificación de la enfermedad está demostrada, y no es conveniente salvo que el médico lo haya pautado.
Actualmente se están desarrollando otros medicamentos específicos para la migraña con anticuerpos, que están siendo probados por la FDA y por la agencia europea del medicamento, aunque aún no existen datos de su eficacia.
