Por descuido, por frivolidad o por ignorancia, que es lo peor, muchas personas que emplean la escritura como herramienta básica de trabajo, siempre tienden a caer en las mismas impropiedades, sobre todo en casos cuya solución es fácil.
En la amplia gama de errores en los que incurren, está la falta de tilde, de signos puntuación, el empleo de palabras con significado diferente del que registran los diccionarios y el desconocimiento de la naturaleza de las palabras, sobre todo cuando son colectivas, a lo que se aúna el uso abusivo de extranjerismos, que es el colmo del pitiyanquismo.
Pitiyanquismo, lo digo una vez más, fue un término que acuñó el insigne poeta, periodista y ensayista venezolano Mario Briceño Iragorry para señalar la imitación torpe y servil imitación del inglés y las costumbres estadounidenses. Hago la aclaración en virtud de que en Venezuela los partidarios del sector oficialista llaman pitiyanquis a los de la oposición, y yo no defiendo ni ataco a ninguno de los dos, dado que simplemente me dedico a escribir sobre lenguaje, aunque no soy ni estoy ajeno a lo que ocurre a mi alrededor.
Sobre la amplia gama de impropiedades he dedicado infinidad de artículos, y en cada caso he procurado ser lo más explícito posible. Es agradable saber que a la luz de las observaciones y recomendaciones, muchos redactores han disipado sus dudas, y su escritura ha mejorado considerablemente; pero hay otros que lamentablemente no han asimilado las explicaciones. Es por eso que nunca está ni estará demás insistir, en función de contribuir con la disipación de las dudas y la erradicación de los errores, como ha sido mi intención desde que comencé a escribir sobre el lenguaje oral y escrito, hace más de veinte años.
Palabras colectivas en plural
Del tema de hoy ya he hablado en muchas ocasiones y por diferentes vías; pero he considerado prudente volver sobre él una vez más, en aras de refrescar conocimientos. Antes de entrar en materia, aclaro que los extranjerismos, como se sabe, “son palabras o expresiones lingüísticas que un determinado idioma toma de otra lengua extranjera”, sobre todo cuando en la propia no hay una con la que se pueda describir cabalmente una acción o pasión.
En la mayoría de los medios de comunicación de España, de Venezuela y de varios países de América, por lo que he podido leer, se ha vuelto una mala costumbre el uso palabras colectivas de forma inadecuada. Es frecuente leer informaciones en las que, por ejemplo se dice: “Policía detuvo a un ciudadano y le incautó un armamento”; “Maquinarias de la Alcaldía del municipio removieron los escombros y despejaron la vía”; “El alcalde de San Ignacio del Cocuy conoció las problemáticas de las comunidades”; “El Gobernador destinó recursos para la rehabilitación de la vialidad El Cruce-Santa Cruz”; etc.
Muchos preguntarán: ¿qué hay de malo en armamento, maquinarias, problemáticas y vialidad? La respuesta es simple: nada. Pero si se analiza cada una, se notará que en los ejemplos citados hay una sutil impropiedad que conviene conocer para no incurrir en equívocos.
Armamento es un conjunto de armas, y por tanto es una palabra colectiva. Entonces, si la policía detuvo a alguien y le incautó un arma, que es lo que por lo general ocurre, no podrá decirse armamento, porque armamento, que quede muy claro, alude a muchas armas. La palabra estaría bien empleada si en vez de una hubiesen sido varias.
Del mismo tenor son maquinaria, problemática y vialidad, muy usadas en el periodismo institucional de ministerios, organismos autónomos, gobernaciones y alcaldías. Si se habla de maquinaria, problemática y vialidad, deberá entenderse que la intención es referirse a varias máquinas, a varios problemas y varias vías. Entonces, no podrá hablarse de las maquinarias, de las problemáticas ni de la vialidad (cuando sea una sola vía), pues son vocablos que aluden a multitud: muchas máquinas, muchos problemas, muchas vías.
En los ejemplos citados, tomados de algunos medios, lo correcto habría sido: “Policía detuvo a un ciudadano y le incautó un arma”; “Maquinaria de la Alcaldía removió los escombros y despejó la vía”; “El alcalde de San Ignacio del Cocuy conoció la problemática de las comunidades”, y “El Gobernador destinó recursos para la rehabilitación de la vía El Cruce-Santa Cruz”.
En cuanto a maquinaria y problemática el redactor puede optar entre el singular y el plural, y por eso podrá hablar de maquinaria o las máquinas; la problemática o los problemas. Es cuestión de familiarizarse con la naturaleza de las palabras.
¡Excelente, mi estimado periodista!
Siempre importente y productivo seguir los aporte de David Figueroa Díaz.
¡Qué buen o poder contar con los aportes lingüísticos de David Figueroa Díaz, orgullo nuestro!
Felicitaciones por tu gran trabajo.
Desde la distancia te envío un abrazo y te felicito por tu gran aporte al lenguaje.
El trabajo del periodista David Figueora Díaz es vital importancia, y por eso es indispensable seguirlo.
Cada día se aprende algo nuevo, con David Figueroa.
Saludos, David, gracias por tu aporte.
Excelente explicación, sobre todo para los que de una u otra forma redactamos a diario.
Siempre son oportunas y muy sencillas; fácil de asimilar, las explicaciones del periodista David Figueroa Díaz. ¡Gracias!
Bravo Colega, por su éxito y siempre bien acertada aplicación y explicación del uso de nuestra lengua…
Excelente David a veces repetimos como loros sin saber el significado. Gracias!