Luis de Luis[1]
That’s a step a step too far
Do you really want to hurt me
Culture Club
Tengo para mí que, de alguna manera, me da la (buenísima) sensación de que Guillermo Amaya ha querido continuar las inmortales comedias de Doris y Rock y conseguir que se reúnan, por fín, en torno a una cama de verdad – sin teléfonos, paredes y puritanismos- para hacerse , de una vez por todas, unas confidencias a medianoche de alta gama y sólidos quilates.
Y también, tengo para mí, que Amaya no hubiera conseguido poner en pie este deslumbrante te para dos sin Juan y Susana, Olivares y Domínguez, es decir, Juan Olivares y Susana Domínguez que se doblan, redoblan y desdoblan para – a ratos y por turnos – ser tan Ginger y Fred como Gracita y Jose Luis o Cameron y Ben y desplegar pliés y developés a lo largo y ancho de un escenario convertido en cuarto de juegos y de una cama convertida en cabaña del árbol
Pletóricos de complicidad Juan Olivares y Susana Domínguez bailan por las calles, se fingen extraños en un tren, buscan el punto exacto de la siete y media, se hinchan a hacer el ganso, zarandean a la (in) corrección política, se disfrazan (hasta de sí mismos) y no dejan de echarle carreras al tedio mientras ponen en juicio la tela y la patata en el corro hasta decidir las diferencias estructurales entre el agua con gas y la soda; que son lo mismo pero no son iguales.
Y es que todo funciona y nada deja indiferente en esta armoniosa, feliz y lúcida función, llena de candor, y miel que es “Dominus domina”. Una función como pocas: Puro látex gourmet.
- Luis de Luis es crítico teatral
Ficha artística
Reparto: Juan Olivares y Susana Domínguez
Dramaturgia y dirección: Guillermo Amaya