La detección precoz de la enfermedad de Alzhéimer es uno de los retos de la medicina actual si bien se ha demostrado que la retina pudiera dar una pista al respecto.
Un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología del Conocimiento de la Universidad Complutense de Madrid han identificado las regiones afectadas por la enfermedad en la capa retiniana en donde se han comprobado que existen cambios en el espesor de la misma que debutan cuando la enfermedad está en estadio leve. Estos que tienen que ver con el espesor, inflamación o adelgazamiento de las capas de la retina confirman que la región ocular se sumaría a los biomarcadores más importante a la hora de hacerle pruebas al paciente.
Este trabajo que ha sido publicado en la revista Scientific Reports confirma que la enfermedad neurodegenerativa que aún despierta muchas incógnitas se puede ver reflejada en la retina y mediante una técnica no invasiva determinar lo que le está sucediendo al paciente afecto. Entre otras conclusiones que “los primeros cambios se manifiestan en la zona macular (mácula), que es la zona más sensible que registra los detalles de la escena, encargada de nuestra visión más fina (agudeza visual) y también de la percepción del color.
Tras contrastar con varios programas informáticos desarrollados para esta investigación, se consiguió medir el espesor de cada capa retiniana en 262.144 puntos dispuestos en una rejilla regular de 512 columnas y otras tantas filas. Mediante estas técnicas estadísticas basadas en la teoría de campos aleatorios gaussianos se ha conseguido conocer por primera vez la forma, el tamaño y la ubicación exacta de las regiones afectadas por la enfermedad en cada capa retiniana, consideraciones que harán que sean un biomarcador efectivo a la hora de diagnosticar la enfermedad de Alzhéimer, al menos desde sus primeros estadíos.