Transparency International ha publicado el índice de percepción de corrupción (IPC) 2019, en el que indica que España ha subido cuatro puntos en relación con el año pasado. En 2018 obtuvo 58 sobre 100, y este año la puntuación es de 62. Una mayor puntuación significa menor corrupción.
La puntuación obtenida este año por España indica, al menos de forma indiciaria, que -en términos de percepción de expertos- las primeras sentencias recaídas en varios de los escándalos de corrupción aflorados en los últimos años, así como la moción de censura a la que se ha visto expuesta el anterior gobierno como consecuencia de una de las sentencias más importantes y de repercusión internacional, conllevando por primera vez en democracia a un cambio de gobierno, han tenido un impacto importante. No obstante, ello no permite afirmar que España haya mejorado en la implementación de mecanismos de prevención de la corrupción, ni que todavía se hayan llevado a cabo las reformas legales necesarias.
Con esta calificación, España ocupa la posición 30 entre los 180 países estudiados en el IPC de este año, junto con Portugal, Barbados y Qatar. Por otro lado, nuestro país se ubica, junto con Portugal, en el puesto número 13 entre los 28 de la Unión Europea. Pese a esta mejora en la puntuación, hay que destacar que estamos por debajo de Estonia, país al que superaba en 2012 y que ha aumentado su puntuación de manera significativa en los últimos años.
De acuerdo con la metodología utilizada en el IPC, este aumento de cuatro puntos no permite afirmar aún una mejoría estadísticamente significativa, asegura la organización. En términos estadísticos, las mejoras significativas se valoran en relación a los resultados de 2012 y, en este sentido, España solo ha bajado tres puntos. Sin embargo, la mejoría de la puntuación en comparación con el año pasado es un indicador que supone un giro relevante. “Solo podremos afirmar una mejoría real de la posición cuando un país continúa subiendo en años sucesivos”, afirma Transparency International.
Este resultado, por lo tanto, no deja de seguir evidenciando que la corrupción en España continúa siendo un problema grave que debe llamar a la acción a las autoridades y a la sociedad civil. El organismo recuerda que, entre 2012 y 2018, la calificación española cayó en siete puntos. Con la mejora de este año sigue por debajo de la puntuación que tenía hace siete, si bien la diferencia es mucho menor: en 2019 obtuvo tres puntos menos que los que logró en 2012, cuando su puntuación fue de 65.
Transparency International España considera que una economía como la española, que se sitúa entre las quince primeras del mundo, no debería estar por debajo de los 70 puntos en el Índice de Percepción si quiere mantener su imagen y su competitividad.
Desde 2012, solo veintidós países han registrado mejoras significativas en sus puntuaciones. Entre ellos se encuentran Estonia, Grecia y Guyana. Por el contrario, en veintiún Estados, como Australia, Canadá y Nicaragua, las puntuaciones han empeorado de manera significativa.