Luis de Luis[1]
En un momento temprano de la función, Aida, una fotógrafa, pide a Raquel, una bióloga, que le cuente una historia y, partir de ese momento, arranca un cuento de nostalgias es, a la vez, una ensoñación cuajada con recuerdos, añoranzas y expectativas que conforman el cañamazo de “Flores arrancadas a la niebla”.
Y es que este texto, lírico, sensible y muy literario de Arístides Vargas, sublima, a través de la depuración estilística y la exigencia verbal la injusta, ilegítima e irracional experiencia del exilio; es decir, la expulsión de tu lagar, la condena a no ser de ningún lugar, el encarcelamiento en la niebla.
Jorge Torres y Raquel Escobar se vuelcan al servicio del texto para que resplandezca la exquisita palabra de Vargas, exprimiendo todas las posibilidades que les dan la luz y el espacio de una sala vacía (excepto por una maleta -para almacenar el pasado-) y una cámara (para retener el presente).
Y es en este marco donde, en todos los sentidos, se derraman Cocó Jiménez y Marina Inchauspe, pues hacen suyas todas y cada una de la palabras del texto, para convertirse y desdoblarse: se convierten en pasajeras heridas, en prófugas ilusionadas, en transeúntes deseosas, en nostálgicas irredentas, en víctimas con rumbo, en caminantes que andan y hacen camino al andar.
Y es que durante todos los minutos de la función, Cocó Jiménez y Marina Inchauspe se recorren todos los pasadizos del jardín: marronean y reverdecen, desgranan pétalos y sangran espinas, interpretan, en definitiva, a flor de piel; al fin y al cabo, Cocó y Marina, Jiménez e Inchauspe no son otra cosa, nada más y nada menos, que dos flores … arrancadas a la niebla.
Strangers on this road we are on
But we are two, we are one
The Kinks
Ficha artística
- Elenco: Cocó Jiménez y Marina Inchauspe
- Dirección: Jorge Torres y Raquel Escobar
- Dramaturgia: Arístides Vargas
1.- Luis de Luis es crítico musical y teatral.