El jueves 20 de febrero de 2020 Rusia prohibirá la entrada de ciudadanos chinos a su territorio, una drástica medida para intentar frenar la propagación de la epidemia del coronavirus o covid-19.
Moscú ya ordenó previamente el cierre de la frontera de 4250 kilómetros con su vecino, así como la suspensión de los enlaces ferroviarios, impidiendo vuelos chárter desde China y había implantado una visa para los turistas chinos. No se ha especificado cuánto tiempo durarán estas restricciones.
“La entrada de ciudadanos chinos a través de las fronteras rusas queda suspendida a partir del 20 de febrero para los viajes privados, de negocios, laborales, estudios y turismo”, informó la viceprimera ministra encargada de Salud, Tatiana Golikova.
Hay dos excepciones, los que tengan un “carácter especial o diplomático”. Y es en este primer aspecto donde entra el ajedrez. Como es conocido, el Torneo de Candidatos para dirimir el aspirante a enfrentarse al campeón del mundo, Magnus Carlsen, se disputará desde el 15 de marzo al 5 de abril de 2020 en la ciudad de Ekaterimburgo, con la presencia de dos ajedrecistas chinos.
Ya se sabe que el ajedrez es un complemento más de la acción diplomática de Rusia en el exterior, bien lo conoce el presidente de la FIDE, Arkady Dvorkovich, quien ya ha declarado que esperaba no hubiera ningún problema con la participación.
Sin embargo, el principal afectado es Ding Liren, precisamente uno de los favoritos, quien se encuentra prácticamente recluido en su ciudad natal de Wenzhou –la localidad se encuentra en cuarentena– a unos 800 kilómetros del epicentro del coronavirus, Wuhan.
El otro candidato, Wang Hao, estaba fuera de territorio chino cuando surgió la crisis –fue subcampeón en el torneo de Gibraltar en enero- se encuentra actualmente en Tokio y, tras cancelar su preparación previa en Pekín, viajará desde Japón a Rusia.
No obstante, parece que la organización del torneo ha recomendado a los dos jugadores chinos que acudan cuanto antes. La situación ahora es conocer si efectivamente, Ding Liren acude a Ekaterimburgo unos catorce días antes del inicio de la competición, es decir a finales de febrero, o, por el contrario, llegará como la mayoría de los ocho candidatos con solo unos días de antelación. Otra opción intermedia es que salga de China a un tercer país durante dos semanas y desde ahí viajar a Rusia.
Existe el curioso precedente del propio cónsul chino en Ekaterimburgo, Tsui Shao chun, quien está pasando una cuarentena en la ciudad rusa a pesar de su carácter diplomático.
Ya se conoce que, en caso extremo e improbable, como apunta la FIDE, el candidato que entraría en cualquier sustitución sería el francés Maxime Vachier-Lagrave, MVL como es conocido. Otra solución aunque muy expeditiva es un aplazamiento del torneo.
En el aspecto meramente deportivo, entre los favoritos además de Ding Liren se encuentra el italoamericano Fabio Caruana, quien podría volver a disputar una final ante Carlsen que le derrotó hace dos años en Londres. Ahora todo apunta, a falta de la obligada confirmación oficial, que la sede final será Dubai y es que la Expo y el negocio tiran mucho, de eso sabe el actual campeón del mundo tras su acuerdo con la casa de apuestas Unibet.
Entre las posibles sorpresas el azerbaiyano Teimour Radjabov, quien se está preparando a conciencia con el asesoramiento del ruso Sergey Karjakin. Los otros candidatos son el holandés Anish Giri y los tres rusos que juegan en casa, Ian Nepomniachtchi, Alexander Grischuk y Kirill Alekseenko. Este último, fan del Liverpool, e invitado por la organización, reconoce que es un candidato “regular” en el torneo.
Como dato curioso, ya se han sorteado los emparejamientos en el que jugarán todos contra todos en dos rondas y la primera partida, el 17 de marzo, de acuerdo con la normativa que los jugadores de un mismo país se enfrenten al principio, ha emparejado a los dos chinos Ding Liren contra Wang Hao.