La Organización Meteorológica Mundial (OMM) sostiene que en 2019 se alcanzó un nivel récord en el nivel del mar y en olas de calor con consecuencias trágicas para la biodiversidad, fruto de un calentamiento global que tuvo consecuencias sobre la salud, la comida y el hogar de millones de personas en el mundo.
Además, puso en riesgo la vida marina y una gran cantidad de ecosistemas, asegura el informe sobre el Estado del Clima Mundial publicado este martes por la Organización Meteorológica Mundial.
En un trabajo sobre este informe elaborado por Laura Quiñones para Noticias Onu, se destaca que la epidemia mortal de dengue que azota a Colombia, Brasil, México y Nicaragua; la pérdida de hasta el setenta por ciento de cultivos en el Corredor Seco de Centroamérica; las inundaciones en Argentina, Uruguay; los incendios en Brasil, Bolivia y Venezuela; y los huracanes de fuerza sin precedentes en el Caribe, son solo algunas de las demostraciones de la fuerza del cambio climático.
Durante la presentación del informe, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el líder de la OMM, Petteri Talas, declararon que a pesar de que en este momento existe una preocupación mundial por el coronavirus, no deben reducirse los esfuerzos en la lucha contra el cambio climático.
«El coronavirus es una enfermedad que esperamos que sea temporal, con impactos temporales, pero el cambio climático ha estado allí por muchos años y se mantendrá por muchas décadas, y requiere de acción continua», afirmó Antonio Guterres.
Por su parte, Petteri Talas, dijo que era muy desafortunado lo que está pasando con el coronavirus y las muertes que ha causado, pero que el cambio climático es «mucho peor».
«El virus tendrá un impacto económico a corto plazo, pero las pérdidas serán masivas si pensamos en el calentamiento global. Estamos hablando de un problema de mayor magnitud, con consecuencias en la salud de las personas y en nuestras sociedades mucho más graves», afirmó.
En el estudio compilado por la OMM, se resaltan las señales físicas de alerta del cambio climático: como el intenso calentamiento de los océanos y de la Tierra, el récord del nivel del mar en 2019, el descongelamiento de los mantos de hielo y los continuos fenómenos meteorológicos como tormentas, sequías e inundaciones.
El año 2019 terminó con una temperatura media mundial 1,1 °C por encima de los niveles preindustriales estimados, un valor superado únicamente por el récord de 2016, cuando un episodio muy intenso de El Niño agravó el aumento de la temperatura mundial vinculado a la tendencia general al calentamiento.
“El calor del océano está en un nivel récord, con temperaturas que aumentan al equivalente de cinco bombas de Hiroshima por segundo. Contamos el costo en vidas y medios de vida humanos a medida que las sequías, los incendios forestales, las inundaciones y las tormentas extremas cobran su precio mortal. No tenemos tiempo que perder si queremos evitar una catástrofe climática”, agregó el secretario general de las Naciones Unidas.
Los datos confirman lo que ya los expertos habían advertido: 2019 fue el segundo año más cálido del que se tienen datos desde que se realizan mediciones instrumentales. El quinquenio 2015-2019 comprende los cinco años más cálidos de los que se tiene constancia, y el período de 2010 a 2019 ha sido la década más cálida jamás registrada. A partir de los años ochenta, cada nuevo decenio ha sido más cálido que todos los anteriores desde 1850.
“Dado que las concentraciones de gases de efecto invernadero no dejan de aumentar, el calentamiento continuará. Según un reciente pronóstico, es probable que en los próximos cinco años se produzca un nuevo récord de temperatura mundial anual. Es solo cuestión de tiempo”, declaró el secretario general de la OMM.
Petteri Talas añadió que este enero fue el más cálido desde que se tienen datos: “En muchas partes del hemisferio norte se ha vivido un invierno excepcionalmente benigno. El humo y los contaminantes de los devastadores incendios de Australia se propagaron por todo el mundo y provocaron un pico en las concentraciones de CO2. Los récords de temperatura en la Antártida estuvieron acompañados de episodios de fusión de hielo a gran escala y de la fractura de un glaciar, hechos que incidirán en la subida del nivel del mar”.
El jefe de la Organización Meteorológica Mundial explicó que la temperatura es solo un indicador del cambio climático en curso, al que se la añaden las alteraciones de los patrones de lluvia que han repercutido a varios países, así como el aumento cada vez mayor del nivel del mar, en gran parte por la expansión térmica del agua del mar, así como el derretimiento de los más grandes glaciares de Groenlandia y la Antártida.
“Esto expone las zonas costeras y las islas a un mayor riesgo de inundaciones y puede provocar que sus zonas bajas queden sumergidas por las aguas”, aseguró Talas.
Recomendaciones de Naciones Unidas
“Actualmente estamos muy lejos de cumplir los objetivos del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura a 1,5 o 2 grados centígrados”, escribe António Guterres en el prólogo del informe.
Durante la presentación en Nueva York, el titular de la ONU aseguró que se necesita que todos los países demuestren que se puede lograr reducir las emisiones a un 45 % esta década, y que se alcanzarán las emisiones netas para la mitad del siglo. “Esta es la única forma de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados”, dijo.
Agregó, que este año en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Glasgow el éxito dependerá de que los países, el sector privado y la sociedad civil demuestren que están tomando medidas significativas para aumentar la ambición en mitigación, adaptación y finanzas.
Además, estableció cuatro prioridades en la mitigación del cambio climático en esta reunión:
- Los planes climáticos nacionales (las contribuciones determinadas a nivel nacional) deben mostrar más ambición. “Incluso si los países implementan completamente sus planes existentes en virtud del Acuerdo de París, todavía estaremos en camino de alcanzar los tres grados de calentamiento este siglo”, dijo, y agregó que los países deben establecer objetivos claros para 2025 o 2030.
- Todas las naciones deben adoptar estrategias para alcanzar las emisiones netas cero para 2050. Hasta ahora, setenta naciones han anunciado que están comprometidas con la neutralidad de carbono para 2050. Muchos otros grupos están haciendo lo mismo, como las ciudades, los bancos y las empresas. “Pero esto solo representa menos de una cuarta parte de las emisiones globales. Los emisores más grandes deben comprometerse, o nuestros esfuerzos serán en vano”, asegura el Secretario.
- Un paquete robusto de programas, proyectos e iniciativas que ayudarán a las comunidades y las naciones a adaptarse a la disrupción climática y desarrollar resiliencia. “No nos hagamos ilusiones. El cambio climático ya está causando calamidades, y habrá más por venir”, afirmó, resaltando la importancia de los planes de adaptación.
- Para la COP26, los países desarrollados deben cumplir con su compromiso de movilizar 100 mil millones de dólares al año para 2020. Las inversiones en energías renovables y tecnologías verdes deben aumentar.