Egipto, Kenya, Nigeria, Senegal, Sudáfrica y Túnez obtendrán los conocimientos y equipo necesarios para fabricar sus propias inmunizaciones contra el coronavirus de acuerdo con los estándares internacionales, ha anunciado en la Cumbre Unión Europea-Unión Africana celebrada esta semana en Bruselas Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud (OMS): «La pandemia ha mostrado que depender de unas pocas empresas es limitante y peligroso», ha explicado.
Según el boletín diario de noticias de Naciones Unidas, la OMS ha seleccionado a Egipto, Kenya, Nigeria, Senegal, Sudáfrica y Túnez para recibir la tecnología necesaria para producir vacunas de ARNm contra la COVID-19 en el continente africano y no tener que depender de las donaciones de los países más ricos que, además, en muchos casos, como comentaba este sábado un médico africano en el informativo del canal público Radio Canada, les llegan a punto de caducar lo que, sumado a la falta de logística en el continente negro, tiene como consecuencia que muchas de ellas se estén desperdiciando.
Tedros Adhanom Ghebreyesus destacó los avances científicos que han permitido que a poco más de dos años del inicio de la pandemia se hayan desarrollado múltiples vacunas seguras y efectivas y que se hayan administrado más de diez mil millones de dosis en el mundo.
Lamentó que pese a estos adelantos, más del 80 por ciento de la población en África no haya recibido ni una dosis de la inmunización y recordó que gran parte de esta desigualdad se debe a que la producción mundial de vacunas se concentra en unos pocos países, en su mayoría de renta alta.
«Ningún otro acontecimiento ha demostrado, como la pandemia de COVID-19, que depender de unas pocas empresas para suministrar bienes públicos globales es limitante y peligroso», subrayó Tedros.
Agregó que una de las lecciones más obvias de la pandemia es la necesidad urgente de aumentar la producción local de vacunas, sobre todo en los países de renta baja y media.
Por este motivo, en 2021 se estableció el centro mundial de transferencia de tecnología de ARNm para ayudar a los fabricantes de naciones de ingresos bajos y medianos a producir sus propias inmunizaciones, garantizándoles contar con todos los procedimientos operativos y los conocimientos necesarios para fabricar ese tipo de vacunas a escala y de acuerdo con los estándares internacionales.
Estas instalaciones podrán utilizarse en la fabricación de insumos como la insulina para tratar la diabetes, medicamentos contra el cáncer y, potencialmente, vacunas para otras enfermedades prioritarias como malaria, tuberculosis y VIH.
La OMS y sus socios trabajarán con los países seleccionados para desarrollar una hoja de ruta, organizar capacitaciones y brindar apoyo con el fin de empezar la fabricación de vacunas efectivas lo antes posible, dependiendo de la infraestructura, la fuerza laboral y la capacidad regulatoria de cada nación.