Cuando falta poco más de un mes para la elección presidencial, fijada para el 9 de octubre de 2013, el régimen de la república caucásica de Azerbayán, ex república soviética situada en la línea divisoria entre Europa y Asia, ha decidido regalar apartamentos a más de un centenar de periodistas locales, “una manera de comprar su independencia” estima la publicación digital Eurasianet.org y reproduce esta semana la prestigiosa revista Courrier International.
«En Azerbayán, a los periodistas de oposición les pegan, les obligan a cantar, les matan… Y ahora también les compran”, puede leerse en el espacio dedicado al Cáucaso de la publicación mencionada. “A un mes de la elección presidencial, las autoridades utilizan el anzuelo de la vivienda para intentar acabar con las críticas en los medios de comunicación”.
Según estas fuentes, 155 periodistas progubernamentales y algunos de la oposición se han visto favorecidos con el regalo de un apartamento cerca de Bakú, la capital, en un inmueble construido recientemente que ha costado más de cuatro millones y medio de euros, lo que según el presidente saliente y aspirante a un tercer mandato de cinco años, Ilham Aliev (hijo y heredero del anterior, Haidar Aliev, 1993-2003), “significa que en Azerbayán no existe discriminación política alguna”.
El salario medio de un periodista en el país es de menos de 600 euros mensuales, lo que hace imposible poder comprar un apartamento e incluso pagar un alquiler. Los periódicos de oposición Azadlyg, Eni Moussavat y Bizim Iol, en muy mala situación económica, han aceptado el regalo. Al parecer, la única excepción ha sido la agencia Turan.az, que se ha negado a picar el “anzuelo” destinado a romper la solidaridad periodística mantenida hasta ahora.
El régimen de Azerbayán es frecuentemente acusado de practicar detenciones arbitrarias, mantener indefinidamente detenidos a los opositores sin juicio, ejercer sobre ellos actos de violencia, tortura e incluso hacerlos desaparecer. Aunque existen publicaciones independientes, los periodistas que critican al gobierno sufren distintas formas de acoso, e incluso de agresiones físicas, y muchos han pasado por la cárcel. En la clasificación de la libertad de prensa mundial de 2012, la organización Reporteros sin Fronteras sitúa a Azerbayán en el puesto 162 entre 179 países estudiados. El presidente Ilham Aliven mantiene un culto a la personalidad solo superado por el del régimen de Corea del Norte, junto a una progresiva disminución de los derechos civiles: no se tolera ningún tipo de manifestación o concentración callejera y, cuando se producen, el régimen las reprime usando toda su fuerza. Desde que el país accedió a la independencia en 1993 –tras la disolución de la Unión Soviética- , según los observadores internacionales ninguna de las elecciones celebradas ha sido libre y justa.