Pedro Arturo Estrada*
Bajo el sello Book Press NY, circula desde hace unas semanas el libro Newyorkinos de la periodista y narradora barranquillera Jacqueline Donado, radicada en New York desde el año 85, tiempo en el cual ha ejercido su profesión en medios tan importantes como el diario/La Prensa, entre otros, destacándose por su perspicacia y capacidad de descubrir realidades inéditas en el acontecer de esta mega ciudad, sin duda siempre sorprendente.
Precisamente de estas realidades vividas y observadas a lo largo de los últimos años y consignadas al principio como notas en su libreta de trabajo, se alimentan los ocho relatos que conforman el volumen. En ellos se nos presentan algunos personajes representativos de New York que, por diversas razones, han buscado realizar ya no el típico sueño americano, sino, salvarse y encontrarse a sí mismos a través de luchas y vicisitudes a veces amargas, e incluso trágicas o hasta pintorescas.
En medio de los millones de rostros posibles que encarnarían al newyorkino promedio, estos pocos personajes logran desvelar una visión diferente, más próxima, lejana del estereotipo que tantas veces quieren imponernos las novelas y las películas de moda que se valen de la imagen light de una ciudad como ésta para vendernos el prototipo del exitoso, del famoso, del potentado y el glamoroso político.
No. Aquí hay otra mirada, una lectura distinta acerca de la verdadera vida que casi siempre se da por fuera de los grandes escenarios, los espacios del poder, del dinero y el lujo. Los seres que aquí encontramos son personas del día a día, de la calle, del mundo cotidiano de New York que por azar o destino han sido convocados en estas páginas como parte de una realidad también nuestra.
Desde el primer relato, donde León, ese hombre al comienzo lleno de ilusión y de vida, ve desmoronarse de pronto su mundo, su ser mismo, y desde el hospital sólo espera el abrazo de su mejor hermano para irse en paz, hasta el relato del chico griego que viene a la Gran Manzana para trabajar durante años en oficios humildes hasta alcanzar hacerse a una gran fortuna, pasando por la historia del taxista aparentemente despistado que un sábado cualquiera se encuentra con lo mágico, o por la historia de Marcial, el latino que añora inútilmente el regreso a las selvas de su país para luchar por sus ideales y sólo tiene ante sí la noche final del año para morir, el lector se sumerge realmente en todo un universo de emociones y sensaciones diversas.
Jacqueline Donado logra en estas páginas realizar un corte trasversal en la realidad que los inmigrantes viven y han vivido en esta New York inagotable, hermosa y terrible a la vez.
*Pedro Arturo Estrada mantiene el blog Locus Solus en Nueva York digital
