La palabra óptimo, señala Fundéu, se aplica a lo que es tan sumamente bueno que no puede ser mejor, por lo que no es apropiada la expresión más óptimo.
Sin embargo, en los medios de comunicación aparece en ocasiones este último giro, como en los siguientes ejemplos: «El triunfo del oponente es justo porque el equipo no está en el nivel más óptimo» y «El clima no es el más óptimo para las negociaciones de paz».
Tal como explica el Diccionario panhispánico de dudas, la voz óptimo significa ‘bueno en grado sumo’ y por tanto no admite marca de grado, pues expresa que se considera imposible encontrar algo mejor o más adecuado. Por idénticas razones, también se consideran impropias muy óptimo, lo más óptimo, menos óptimo y tan óptimo.
Así, habría sido preferible redactar las frases anteriores del siguiente modo: «El triunfo del oponente es justo porque el equipo no está en el nivel óptimo» y «El clima no es el más adecuado para las negociaciones de paz».