Survival Internacional ha hecho público un insólito testimonio sobre el altísimo grado de explotación sexual que afecta a las jóvenes mujeres de la tribu jarawa, asentada en las islas Andamán de la India.
En una grabación de audio que ha obtenido Survival Internacional, y divulgado por el periódico británico The Obsrver, un hombre joven explica cómo los cazadores furtivos se adentran de forma regular en la reserva protegida de su pueblo y engatusan a las jóvenes con alcohol o drogas, para explotarlas sexualmente.
El muchacho explicó que “las chicas dicen que los hombres de fuera las presionan para que hagan muchas cosas. Las presionan con sus manos y las uñas de sus dedos, cuando las chicas se enfadan. Las persiguen bajo la influencia del alcohol. Tienen sexo con las chicas (…) Beben alcohol en las casas de ellas. También duermen en la casa de los jarawas. Fuman marihuana y después persiguen a las chicas”. El joven prosigue enunciando los nombres de los furtivos que van al bosque para explotar sexualmente a las chicas.
El testimonio apareció por primera vez en el periódico local Andaman Choricle, que también denuncia el alarmante incremento de los enfrentamientos entre los jarawas y los colonos que viven en los márgenes de su reserva.
Según esas informaciones, un grupo de la referida tribu se enfrentó el pasado fin de semana a los locales durante una fiesta en la playa, cerca de los límites de la reserva. Se piensa que tenían como objetivo castigar a quienes habían explotado sexualmente a las jóvenes de este pueblo indígena.También sacaron a la luz que un grupo de 60 colonos se aventuró recientemente hasta el límite de la reserva de la tribu con la intención de atacar a la comunidad, que huyó adentrándose en la selva.
Los 400 jarawas que conforman la tribu son extremadamente vulnerables a la explotación, a las enfermedades y a la dependencia de productos como el alcohol que llevan los foráneos. Los cazadores-recolectores nómadas solo comenzaron a salir de su selva sin sus arcos y flechas y a mantener un contacto amistoso con sus vecinos a partir del año 1998.
En la actualidad, cientos de turistas viajan por su tierra con el deseo de avistar a alguno de sus miembros, en lo que se ha venido denominando “safaris humanos”. Las enfermedades de transmisión sexual como el VIH/SIDA suponen una grave amenaza para los pueblos indígenas como estos. Los vecinos de los jarawas, los granandamaneses, resultaron prácticamente aniquilados por enfermedades como la sífilis, llevada por colonizadores británicos en el siglo XIX.