Estudios científicos en aguas del Golfo de Cádiz y Estrecho de Gibraltar han revelado que las poblaciones de delfín mular que habitan estas aguas son genéticamente similares, pero actualmente no existe contacto entre los individuos de ambas comunidades, informa CIRCE, (Conservación, Información y Estudio sobre Cetáceos)
Estos datos se conocen tras más de tres años de muestreos efectuados en el marco del proyecto “Abundancia y Distribución de Depredadores Apicales en el Golfo de Cádiz”, desarrollados por parte de la Estación Biológica de Doñana – Consejo Superior de Investigaciones Científicas (EBD-CSIC) y CIRCE, que han podido confirmar que ambas poblaciones son genéticamente semejantes, pero no hay contacto entre la población del Golfo de Cádiz y la del Estrecho de Gibraltar.
El proyecto “Abundancia y Distribución de Depredadores Apicales en el Golfo de Cádiz” arrancó en 2011 con la participación de CEPSA realizándose seis campañas de mar durante estos años. En ellas, se ha podido avistar en varias ocasiones grupos de delfines mulares entre Ayamonte y Tarifa.
Mediante la técnica de foto-identificación se ha comprobado que los 332 delfines mulares identificados en el Golfo de Cádiz y los 450 anteriormente identificados en el Estrecho son grupos aislados entre los que no hay contacto ni intercambio de individuos. Los análisis de las muestras de piel obtenidas, mediante biopsias, también confirman que estos individuos se alimentan de presas diferentes.
Los investigadores de la EBD – CSIC, Manuela G. Forero y Renaud de Stephanis opinan que «estos datos revelan la existencia de dos ecotipos de delfines mulares, uno más oceánico, que se alimenta en el cañón central del Estrecho de Gibraltar en aguas profundas, y el otro del Golfo de Cádiz que se encuentran en aguas más costeras moviéndose incluso hasta aguas portuguesas».
Esta segregación geográfica entre ambas poblaciones es llamativa y es un resultado con implicaciones de gestión y conservación importantes ya que estamos delante de dos unidades de gestión diferenciadas, con potenciales problemas de conservación diferentes, señala CIRCE.