Un 80 % de los 55.000 trabajadores de Correos de España han participado el pasado 27 de noviembre en una huelga de rechazo a los recortes de salario, empleo y derechos que ha dispuesto el Gobierno porque supondría el «desmantelamiento del servicio público, por la puerta de atrás sin contar con la ciudadanía», informa Comisiones Obreras.
Los trabadores le han querido recordar a los responsables del Gobierno que son los ciudadanos los verdaderos “accionistas” del Correo y que no se puede utilizar un Derecho de la ciudadanía para satisfacer las “ansias” de hacer negocio y caja de lobbies financieros, privados o de amigos, sostiene CCOO.
La lluvia abundante no evitó que Unos 20 000 trabajadores de correos, apoyados por sus familiares, se manifestaran por el centro de Madrid exigiendo un Convenio justo y un cambio en el estilo de gestión de Correos inspirado en las consignas de la SEPI y Hacienda que han derivado en un desmedido afán por aplicar medidas de ajuste y de recorte de derechos laborales, económicos y sociales, señala la UGT.
El sindicato califica la convocatoria de huelga ha «éxito rotundo» y sostiene que «ha tenido un impacto indudable: Correos no ha tardado en remitir una comunicación interna a las Zonas territoriales indicando que no dieran datos sobre el seguimiento de la huelga. Sabemos que esto obedece a un intento (loable) de evitar hacer el ridículo. Ridículo es facilitar a los medios unos datos “políticos” disminuyendo la participación real cuando esos medios pueden contrastarlos con la realidad de oficinas cerradas, pabellones parados y carterías semivacías que ha sido la fotografía postal habitual en el día de hoy».
UGT va a esperar –junto al resto de sindicatos convocantes- la respuesta del Gobierno, la SEPI y Correos «a la expresión democrática que han desarrollado hoy los trabajadores postales. Si han tomado nota y se sientan con la lección aprendida, asumiremos el reto de negociar. Si hacen oídos sordos y se tapan los ojos, volveremos a la carga el 22 y 23 de diciembre. Ya sabemos que esas fechas han sembrado de inquietud y temor a la Dirección de Correos. Es una pena que eso no les ocurra cuando utilizan la tijera de recortar», concluye el sindicato.
